-- (Hopemin)

3.

3. -Ya no competiré, si te place la noticia. Eres un mentiroso, un perdedor de los que dan asco.
-¿Creíste lo que te dije? Qué inocente.~ - los parpadeos constantes delataron su espectáculo falso, pues el peligris supo distinguir que Hoseok sólo actuaba por presión. Porque él sabía el tormento que eran sus padres. Pero estaba muy harto de todo. Y que jugaran con su propia familia era mucho más de lo que le permitía a cualquiera.
-Mi familia...déjala en paz. Deja de engañarme y manosear a alguien más mientras me prometes amor. Deja de ser tan cínico cuando me amas a mí, vete al infierno Hoseok...- Jimin se estaba desahogado con respiración agitada. Tenía coraje, y por llevar dos días recuperándose y no poder pararse para matar a Hoseok a puños prefirió no dejar que la euforia se lo comiera vivo. -Eres realmente cobarde, ¡lárgate!- derramó un par de lágrimas y tragó fuerte.

-Eso es todo, Hoseok lárgate de aquí.- Jungkook los empujó hacia afuera y cerró la puerta, listo para decirle algunas cosas a Hoseok afuera.

El peligris que quedó a solas sintió náuseas. Alcanzó el zafacón al lado de la cama para vomitar el desayuno y lo dejó en el piso mientras arrojaba mil maldiciones. Maldiciones que fueron seguidas de otra arcada y las sábanas blancas de hospital manchadas.

Lo que dejó temblando a Jimin no fue eso, fue ver que el color de las manchas en las sábanas fuese rojo.
-Kookie...
-¡Jimin!- su mejor amigo que recién abría la puerta para volver con él se acercó presionando el botón rojo en la baranda  de la cama. El más bajito inclinado hacia el frente le empujó para vomitar aún más sangre en el piso. Jungkook en reflejo lo echó hacia atrás, agarrándolo para evitar que las arcadas le hicieran a su mejor amigo echarse hacia adelante y saliera más sangre de su boca.

-¡¡Ayuda!! Jimin quédate hacia atrás...tranquilo-  Intentaba calmar al chico recostado quien lloraba tapando su boca con sus manos manchadas por la sangre en las sábanas. -¿Qué es esto? Jungkook qué es esto...-Sollozaba casi sin fuerzas mirando al techo mientras las enfermeras llegaban y lo trasladaban hacia otro lugar y lanzaban un código azul.

Todo pasó muy rápido para Namjoon y Taehyung, dos de los otros tres conocidos de Jimin además de Yoongi que habían venido a verlo y se encontraron con el corre y corre. Hoseok estaba despidiendo a su "novia", quien llevaba un compromiso y debía irse, con la mentira de que tenía que ver a alguien más allí. Al momento en que la chica salió por las puertas, escuchó un código en el piso donde Jimin estaba, y al volver pudo ver por un instante a Jimin en la camilla en movimiento cubierto de sangre, con los ojos cerrados. Vio a Jungkook siendo abrazado por Taehyung sollozando aterrado y fue interrumpido por la voz de Namjoon a su lado.
-¿Qué estás haciendo aquí?-
Taehyung lo miró molesto y Jungkook lo señaló. -Vete Hoseok.-

Eso le bastó para irse muy asustado hacia las afueras del hospital hasta la tarde, cuando Jungkook salió tapándose la boca junto con Taehyung y Namjoon atrás con el seño fruncido.

Lo próximo fue lo más difícil. Los médicos le indicaron que no sabían lo que era, pero la sospecha más acertada era un cáncer. Que el tumor era maligno en una zona delicada de la cabeza, pero había un factor que le causaba ese tipo de crisis que desconocían. Propusieron terapias para tratarlo, y ayudas para pagar el tratamiento fueron posibles. Ya Jimin, ahora pelirubio, no podía estar solo, uno por el tratamiento y dos porque no había forma de predecir cuando sufriría una crisis. Para Jimin era importante no viajar, alimentarse saludablemente y no tener emociones fuertes.

Sólo se le permitió un viaje a Busan para despedirse de su madre y sus hermanos.
-Debo decirles que no volveré en mucho tiempo Jungkook.
-Te acompañaré Jimin.

Así el par de mejores amigos fueron a Busan a ver a la familia de Jimin. Aquello era difícil para el pelirubio, decirle a su mamá que la única promesa que le había hecho no fue posible, que no ganó la competencia y que aparte debía tratarse un supuesto cáncer. Decirle todo sin en verdad decirle nada había sido su decisión, y Jungkook debía respetarla.