💮Capítulo 1💮

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Caminaba por la ciudad de cielo naranjo con dirección a su casa, intento poner las manos en los bolsillo por la costumbre, pero en la falda no había bolsillos, Kirishima Eiji una chica que siempre usaba el uniforme revuelto, hace unas horas atrás tenia la corbata prolija, la camisa y la falda planchada y su desastroso cabello oscuro en una apretada trenza que producía un dolor en la cabeza, todo cortesía de su madre. Tenia su cabello negro -muy largo para su gusto- con unas pequeñas ondas, debido a la trenza deshecha y la corbata algo desajustada para poder respirar, acciones que realizo una vez el director termino el discurso de la ceremonia de final de año, después de eso se había uno con sus amigas para celebrar su ultimo año en el mismo colegio.

Una vez junto se termino cada una se fue a su casa, Eiji se encontraba caminando por las calles, iba a aprovechar de ir a la Reddo kurimuzon, su cafetería favorita, porque allí servían la mejor kasutera en todo Japón, según las palabras de Eiji. La primera vez -hace unos meses- que entro fue por mera casualidad, una tarde después de las actividades de su club se encontraba cansada y solo quería comer algo dulce, pero en su casa sus padres habían salido y su hermana se encontraba de viaje, así que cuando vio esa acogedora cafetería camino a su casa, no dudo en entrar, vaya sorpresa de lugar, no parecía ser el tipo de lugares a la que la chica iría, no una chica obsesionadas con las cosas fuertes, el honor y cosas que se consideraban masculinas, todas ideas que seguía del mejor boxeador -según sus palabras- Crimson Riot, pero ya desde ese día que iba al menos una o dos veces por semana, la gente del lugar ya se sabia su nombre. La Reddo kurimuzon era un pequeño secreto de Eiji.

Se escucho la campanita del nuevo cliente, no espero a que alguna de las chicas se acercara a saludarla como siempre hacían con los clientes, solo se sentó en una mesa vacía y espero, pediría lo que siempre pedía un trozo de Kasutera con algún batido o café, podría ser de arándano, si seria de arándano, se pregunto quien la atendería, pensó en Airi una chica de cabello blanco que siempre daba lo mejor de si aunque era algo torpe era muy servicial, se estaban demorando mas de lo normal, también podría atenderle...


—¿Qué vas a querer?—Dijo a secas quien le iba a servir, Eiji no noto en que momento apareció alguien cerca suyo, la voz no le sonaba del todo.

—Lo de siempre y un café no muy cargado—Respondió como siempre lo hacía en el local, iba tan seguido que era cliente frecuente, y ya se sabían hasta el nombre de las chicas que trabajaban y ella se sabían el nombre de Eiji.

—¿Cómo mierda voy a saber que es eso?—Sonó bastante molesta, algo inusual para el tipo de cafetería en la que estaba, donde siempre te atendían amorosamente.

—¿Eh?—Vio hacia la chica, era una chica que no conocía, debe ser nueva trabajando aquí, tenía el pelo rubio y corto, además de una falda larga y medias, exponiendo poca piel, a diferencia del resto de las maids del lugar—Pareces un diente de león—Fue lo primero que pensó al ver a la chica.

—¡¿Ahh?!—Dijo molesta, la miro como si fuese a asesinarla, tal vez tuvo un mal día—Mejor solo pides, y te dejas de tanta mier...tonterías—Se contuvo.

—Oh, claro—Dijo con calma la pelinegra, a pesar de no estar acostumbrada a que le griten, sobretodo en ese local—Voy a querer una kasutera y un batido de arándano —Dijo con un tono alegre.

—Tsk, como sea—Tomo la carta y se retiró de la mesa sin escribir el pedido, tal vez tiene buena memoria, era una chica interesante, bastante agresiva para un café maid, escucho un poco de bulla de la cocina, y después vio a la dueña del local, la señorita Natsuki, algo molesta acercándose a la mesa de Eiji. Espero que a la chica nueva no le hayan retado mucho.

—Señorita Eiji—Dijo Natsuki al llegar a la mesa, Natsuki tenia un cabello rubio cenizo largo, ojos negros y unos lentes de marco azul, la mayor hizo una pequeña reverencia en modo de disculpa— Por favor perdone, el comportamiento de mi sobrina es nueva aquí y no le gusta mucho... la gente — Dio un pequeño suspiro— Mi hermana la mando a trabajar aquí y... en fin. Por la molestia causada, su orden la invita la casa.

—No se preocupe Natsuki-san, no estoy molesta en absoluto, creo que su sobrina es alguien de personalidad muy fuerte y algo fiera. No me causo ninguna molestia—Y le sonrió, mostrando sus dientes de tiburón.

—¿Por que mi sobrina no es como tu?—Dijo algo ilusionada, se acomodo mejor los lentes— Estoy segura que Mitsuki diría lo mismo, en fin. Me retiro—Hizo una reverencia pequeña y se retiro.


Eiji vio cómo se retiraba la mujer, mientras esperaba se quedo observando el lugar, estaba lleno de clientes hombres, como siempre, la maids siempre pulcras sin ningún cabello fuera de lugar, pensó en la chica nueva, tenía el cabello suelto y desordenado aunque dudaba que se lo pudiese amarrar, una mirada fiera e imponente, poseía una voz suave, o al menos eso pensaba y sus manos parecían muy suaves sintió la necesidad de tomárselas, Eiji vio sus propias manos eran ásperas y con uno que otro moretón, algunas pequeñas cicatrices, no le sorprendía puesto que las actividades del club de boxeo no les permitía tener manos muy cuidadas, pero eso le traía sin cuidado. Debería encargarme de mi cabello, tenía el cabello más largo de lo que gustaría y de un color aburrido, al menos para ella, siempre que mencionaba que el color negro del pelo era aburrido su hermana se ponía algo triste, evitaba decirlo con esta presente puesto que sabía que su hermana mayor era algo sensible, quería cortárselo y teñirlo de rojo, pero no tenía el permiso hasta que entrase a la preparatoria y...el ruido de un plato frente a su mesa la devolvió de sus pensamientos, se encontró con los ojos rojos de la rubia.


—Aquí tiene—Dejando una porción de Kasutera y un café, Eiji veía con detenimiento cada movimiento, las manos de la chica eran delicadas, o lo parecían, quería comprobarlo pero sería algo de mala educación y no quería invadir su espacio de esa manera—Me disculpo por mi comportamiento...— Dijo forzadamente y algo fastidiada, noto la vista de su tia sobre su nuca— Eiji-sama—Sintió que se derretía cuando la otra dijo su nombre.

—Claro que acepto... ¿Cual es tu nombre?—Pregunto con verdadera curiosidad por la chica rubia, ladeó la cabeza mientras sonreía.

—Ya quisieras— Hizo una mueca de burla, adorable—Espero no volver a verte—Se dio la vuelta, Eiji vio la espalda de la chica, probó un pedazo de su kasutera, deliciosa como siempre.

—Ya quisieras— Hizo una mueca de burla, adorable—Espero no volver a verte—Se dio la vuelta, Eiji vio la espalda de la chica, probó un pedazo de su kasutera, deliciosa como siempre

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Y apareció Katsuki, todavía no se que nombre le voy a poner al resto de la clase. Creo que voy actualizar cada dos semana este longfic, mi idea es actualizar una semana este y la otra semana el otro longfic y así. Aunque no lo sé porque no tengo la idea del todo planteada.

 No tengo mucho más que decir, eso.

Nos vemos en dos miércoles más.

-Cambio y fuera.

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