Prólogo.

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– Eh. Te estoy hablando.– Habló la chica sosteniendo mi cabello. Tirando. Arrancando. Cortándolo.– ¿No sabes que es de mala educación no responder a tus mayores?– Silencio siempre será mi respuesta. Tonta.

   Si es que la gente hace lo que quiere con mi persona real e interior, ¿Por qué yo no haría lo mismo? Oh. Cierto. Me piden que no lo hagan.

   La mayor golpeó el rostro de la menor contra la pared. Era lo suficientemente débil como para defenderse.

Mi cuerpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora