PRÓLOGO.
Recordar las cosas que se han ido es, definitivamente, una manera de retener algo de ellas y eso quizás rescata una que otras alegrías pasadas.
La contemplo y no hay manera de que siempre que la mire recuerdos no lleguen a mí. Dos meses, y siempre es lo mismo, no hay forma de que no pase porque, aunque son recuerdos vagos y quiera reprimirlas me hace dar cuenta que recordar cosas nos hacen completamente humanos como sentir y tener emociones involuntarias.
Una casa de tres pisos, si se cuenta el sótano superior también, con muchos ventanales que explica cada habitación por dentro, las paredes de fuera eran maderas horizontales pintadas en blanca, pasto corto y verde como esas imágenes de fondos de pantallas, arbustos del mismo tamaño adornando a los costados, dos árboles de una altura inferior que creaban sombras ligeras pero que dejaban entrar los rayos del Sol ubicados en cada lado del césped, que este es separado por un camino de cerámica que conduce hasta la puerta principal. Una casa que se puede explicar en dos palabras. Clásica y vintage.
No me adentro más allá del camino que conduce, solo me quedo esperando en el medio de las dobles puertas que se conectan con las rejas de madera blanca que son la que te dan la bienvenida, y miro más allá de los ventanales para enterarme que no hay nadie cuando las luces se encuentran apagadas.
Vine con la leve esperanza de poder encontrarme con Jamie después de largas horas conduciendo y cinco días sin verla, pero al parecer, si mi memoria no me traiciona aún debe de estar en la universidad. Con ese pensamiento me vuelvo por donde vine para ver como sigo con mi solitaria vida.
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El Retorno De Jennie.
De TodoJennie vuelve por un motivo. Ese motivo es alguien y ese alguien es una misión. Una misión que sin previstos lo eligió por motivos muy personales. Una misión que además de ser un trabajo es algo más que eso. Una misión que es muy importante, pero es...