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La música se podía escuchar en toda la casa los grandes parlantes lograban hacer que el pequeño retumbe en las paredes de la sala se extienda hacia las demás habitaciones, el cuerpo del castaño estaba sudoroso mientras que el del pelinegro estaba intacto viendo como el menor bailaba al compás de la melodía.
Los movimientos de JiMin eran hermosos, claros y definidos, marcados en cada movimiento. como si su cuerpo llevara marcado en la sangre cada paso de la pista.
Claro que para el mismo no era así, sentía que no era uno de sus mejores bailes, sentía que fallaría en cualquier momento. Tenía que ser perfecto, y que su Hyung lo este viendo fijamente le ponía verdaderamente nervioso.

YoonGi, que descansaba en el piso, pudo ver como el bailarín volvía a la radio y ponia la pista nuevamente. Bufo en alto y levantó su cuerpo con pereza, estaba cansado de escuchar la misma canción una y otra vez. Solo se sentó como indio y llamó al menor.

—JiMin —Él dejó de bailar y se acercó al mayor.

—¿Qué pasa, Hyung? —Estaba irritado, así que como no recibió una respuesta rápida se dio la vuelta para volver a lo suyo, volviendo a tocar el botón de play de la misma canción.

Min al ver ese acto agarro la muñeca de el menor, lo atrajo a sí mismo y plantó un beso en los rojos y esponjosos labios del menor.

Después de eso se levanto y camino hacia la cocina, otra vez dejando a JiMin como piedra sin entender nada de lo que estaba pasando en tan solo cuatro dias. Pero igual disfrutando de aquel recuerdo fugaz.

«cuarto día, completo»

20 dias, 20 besos • 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora