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Él chico de uno y sententayuncentímetros tenía los cabellos de punta, le había marcado a su novia una hora después del mensaje, para salir a algún lugar y aclarar las cosas. Solo faltaba que ella llegara.

– Hola Ten – una voz lo saco de sus pensamientos, Lee Park, un nombre raro para una chica.

– Hola Park, ¿qué haces aquí? – preguntó desconcertado.

– No es obvio – la castalla movió sus manos y Ten la miró confundido – Estás en una cafetería Ten – contestó sarcásticamente la castaña.

– Cierto, disculpa últimamente estoy algo distraído – contestó

– ¿Enserio?, sí no me dices no me doy cuenta – rodó los ojos la chica hasta que frunció el ceño y Ten la miró aún más confundido.

– ¿Pasa algo Park? – preguntó, aquella castaña estaba por contestar hasta que una vos un poco aguda hizo que volteara.

– Ten, ¿qué hace está aquí? – la vos era de nada más y nada menos que de Soo Ming.

– Ya me iba, adiós Ten, suerte con tú .... Novia – la castaña se fue dejando a Soo con el ceño fruncido y a un Ten disgustado.

– ¿Me podrías decir que hacía esa aquí contigo? – la pelinegra reclamo furiosa

– Soo tranquila, ella no es nada para mí, mejor siéntate – el chico se despegó de su haciendo para que la pelinegra tomará asiento.

– Como sea, ¿para qué me citaste en este lugar? – miró al chico

– ¿No puedo ver a mi novia un rato? – contestó a lo que ella frunció el ceño

– si, sí, ya sé – contestó fríamente

– Soo, me mandaron un fotografía tuya – tomo aire y continuó – donde un chico te intenta besar y tú no haces nada para alejar lo – dijo al fin.

– Ten, mira, yo solo te amo a ti, de seguro solo nos quieren separa y tú les vas a creer a ellos – no era novedad que ella siempre dramatizara de más una situación, sus dramas y berrinches suelen ser muy convincentes, – seguro ya no me quieres y por eso dices eso – comenzó a lloriquear.

– No Soo, yo te amo infinitamente, nunca dudaré de ti perdón mi amor – la pelinegra solo sonrió de forma victoriosa.

– Está bien amor, oye, que te parece si vamos a la boutique de la calle 97, ví un vestido hermoso y quiero que me lo compres – Ten la miró sorprendido pues él no tenía una gran empleo, trabajaba de medio tiempo como repartidor de comida china.

Es tú novia - pensó

– Lo que mi princesa deseé, vamos – y así Ten tuvo que doblar turno los fines de semana por un mes, el vestido no era barato.

⛓ C H I T T A P H O N    L E E C H A I Y A P O R N K U L ⛓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora