Mi Hermosa Azabache (Sesshome)

No como lo planeé

Quizás por eso ella me había gustado tanto, por no ser como las demás mujeres, siempre siendo ellas quienes me buscaban y no viceversa

Flash Back

Era primavera, y como siempre, había elegido la mesa para observarla marcarse una vez terminado su turno, pero algo había cambiado ese día, la hermosa sonrisa no estaba, en su lugar lagrimas se deslizaban por su rostro, algo le había sucedido. La ira ardió en mi interior, alguien había hecho llorar a mi preciosa muchachita, y eso era algo que no permitiría jamás, sin darme cuenta ya había dejado en la mesa el pago por mi café junto con la propina, apresurándome a la salida con una intensión, conseguir el nombre del bastardo que moriría en mis manos.

Ya cuando me encontraba en la parada justo detrás de la pelinegra que me obsesionaba recobré la compostura, ella seguía llorando, haciéndome sentir incomodo, pues nunca fui bueno consolando a otros, fue entonces que me percaté de lo cerca que me encontraba de ella, podría estirar la mano y alcanzarla, ¿pero ella que haría?¿se apartaría? no quería que ella se alejara, opto por ser fiel a mi personalidad, y me aclaro la garganta llamando su atención, ella se giró, dándome la oportunidad de apreciarla más de cerca. Su aspecto inocente, la hacía aún más hermosa a mi parecer

—¿Sí? —su voz suave me trajo de regreso a la realidad

—¿Estas bien? —pregunté, ella me observó confusa—estas llorando—señalé mientras sus ojos volvían a cristalizarse

—Si, estoy bien—respondió desviando la mirada—es solo que tuve un mal día, pero gracias por preguntar señor...—ella esperaba mi nombre

—Sesshomaru...solo Sesshomaru—complací aun sin poder creer que estuviera hablándole

—Yo soy Kagome, solo Kagome—me respondió con una leve risita y casi me fallaron las piernas

—Kagome—saboreé su nombre en mi boca, ella sonrió mas y asintió

—Sip, esa soy yo—no supe que contestar, por lo que solo estire mi mano y acaricie su mejilla limpiando con el pulgar una lagrima

—Pues Kagome, cualquiera que haya sido el motivo por el que lloras, no vale tus lagrimas—sus ojos se ampliaron con sorpresa y se sonrojó, ella no se apartó de mi toque hasta que una bocina nos sacó de nuestros pensamientos y ella volteo

—Es mi autobús—ella le hizo señas y el conductor frenó, yo solo la vi subir, ella se volteó en mi dirección—¿no vienes? —preguntó confundida, yo solo negué

—No es mi autobús—me limite a responder, ella solo asintió levemente

—En ese caso, adiós Sesshomaru, y gracias—se despidió y en cuanto ella desapareció de mi vista camine por la calle, sin darme cuenta de la sonrisa que había aparecido en mi rostro nuevamente

Fin del Flash Back

Hasta ese día me había conformado idealizando el cómo sería hablar con ella, no fue tal cual lo planeé, pero gracias a eso pude conocer por primera vez el sonido de su voz y de su risa