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Ha pasado casi un mes desde que mi madre cayó en coma, los tratamientos la han ayudado a mejorar, sigo esperando con ansias el momento en que despierte y tengo esperanzas de que será pronto, la extraño y mucho. Ya retorné de nuevo a la preparatoria igual que James, hablé con algunos de mis amigos acerca de lo que pasó y ellos me recibieron con un cálido abrazo, pero exclusivamente Sara luego de las tres primeras horas, justo en la hora de almuerzo me expresó

"si te digo que te entiendo, francamente estaría mintiendo pues no he pasado por esta situación, pero espero que sepas que puedes contar conmigo cada vez que necesites hablar o simplemente llorar"

Escuchar eso hizo que se me aguaran los ojos, pero no deje escapar lagrimas solo me limite a abrazarla y agradecerle.

Nos sentamos a comer y a lo lejos pude divisar a Adelaide muy... cambiada, tenía su hermoso cabello rubio pintado completamente de morado, su uniforme el cual siempre le había gustado que le quedara un poco suelto, estaba más apretado de lo normal, tanto así que creo que se podía disparar un botón de la camiseta, y... lo más raro era darme cuenta de que no estaba a gusto, no se sentía así, Adelaide era una chica recatada, sencilla, y siempre decía que no dañaría su hermoso tono rubio.

Claro que la extrañaba, era mi mejor amiga, tantos años de amistad no se echan al retrete de la noche a la mañana, pero no iba a dar mi brazo a torcer. Claro, eso no quitaba la curiosidad de mi sistema así que le pregunté a Sara.

-¿sabes algo acerca de Adelaide?-

-muchas cosas-sonrió sínicamente, Sara no era de esas personas que tendían a contar o chismear sobre todo acerca de otra persona, pero de vez en cuando lo hacía-en realidad hay rumores, pero unos cuantos son ciertos, aunque otros no, pero de todas formas te los contaré todos-tomó un sorbo de Coca-Cola y prosiguió-hay tres ciertos y uno falso, la suspendieron una semana  pues la encontraron fumando  con Jackson y le acortaron la suspensión porque sus padres hablaron con el director, ya se acostó con Jackson, y habló de ti con toda la preparatoria pues ahora se cree "popular"-a estas alturas estaba con la boca abierta pero recupere la postura y me aclaré la garganta

-¿Cómo saben la certeza del penúltimo?-pregunté interesada

-fácil, Jackson se encargó de regarlo y ella de afirmarlo-

-pasaron bastantes cosas estos días-fruncí ligeramente el ceño, sin poder creer todo lo que hizo adelaide pero recordé algo al instante-¿y el falso?-

-que está embarazada -rodó los ojos

Sinceramente me importó una gran mierda que se haya puesto a hablar sobre mí, pero si esperaba que yo hiciera lo mismo estaba muy equivocada, no me iba a rebajar a su nivel, si ella me ignoraba yo también lo podía hacer, pero no necesariamente me pondría a hablar de ella.

Sonó la campana para entrar a la penúltima hora de clases así que si más nos adentramos al recinto.

***

Iba camino al hospital cuando vi que Adelaide venia corriendo hacia mí, sinceramente no entendí el por qué, pero inmediatamente aceleré el paso.

- ¡espera! -gritó sofocada

Rodé los ojos

-no tengo nada que hablar contigo-bufé encarándola

-¡lo sé! Solo...-suspiró con pesar- ¿Cómo está tu madre?

- ¿y tú como sabes sobre mi madre? -le pregunté con algo de rabia

- escuché una conversación que tuviste con Sara esta mañana –

- ¿ahora vamos a jugar a las amigas? – pregunté con ironía

-solo me estoy preocupando por Anabelle-se enfadó

-ella está un poco estable por el momento ¿eso era todo? -ya no me quedaba nada de paciencia

Ella solo siguió caminando y lo agradecí internamente pues no me apetecía hablar con ella.

***

   Me encontraba en la entrada del hospital, esperando poder encontrar despierta a mi madre, pero lastimosamente no fue así, sí, está estable, pero nada más.

Aunque todavía no había muerto sentía un inmenso vacío, la extrañaba tanto...

Pasé a su habitación, y como era de costumbre luego de mi retorno a la preparatoria, me acerque al borde de la camilla, me senté y le relaté algunos acontecimientos del día, no sé si me escuchaba, pero amaba hablar con ella cuando estaba consciente y por alguna razón también me sentía a gusto haciéndolo con ella en su estado actual.

Terminé de relatar y una lagrima silenciosa resbalo por mi mejilla, pero la limpie inmediatamente, me acerqué y besé su frente para luego salir del hospital y dirigirme a casa.

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