Un Reflejo de las Sombras

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El aire frío soplaba desde el sur de las praderas que se ondulaban a kilometros,extensas tierras verdes y selvas de antaño bañaban las fronteras del reino de los hombres Andôr y de las tierras Aquĕas de los orcos,la nieve caía suavemente y pintaba el paisaje de color blanco al norte.Mientras que nubes de nieblas se apañaban en los lindes de los grandes bosques que rodeaban la aldea orco.Dentro de territorio de Andôr,la aldea Urdăg era un pequeño poblado de unas veintenas de casas hechas de barro y techos de pajas,cercada con cercos de madera maltrechas por el paso del tiempo.
El reino de Andôr dejaba que las tribus no hostiles de los orcos,se asentaran entre sus fronteras bajo un pacto de convivencia con los puestos fronterizos del ducado que estaba en esas tierras.Tambien ofrecian el protectorado de los montaraces que guarnecian aquellas fronteras hostiles que sufrian muchas veces las incursiones de grupos de orcos que buscan sangre y tributos de botines falsos en aquellas aldeas fronterizas.
Ya independiente,todo por sus cosechas y cultivos que mantenian cada temporada e incluso se les permitian a las aldeas orcos vender sus cosechas y mercancias en las ciudades cercanas para obtener ganancias e intercambios para su remuneros.
Las cordilleras que se eregían separaban las dos fronteras;al norte estaban las Mundăr-Kir "serpiente con escamas" en la lengua orco.
Y al sur conectadas a las costas riscas Alukkir,las montañas Uměrok-Dur "colmillos de la boca del lobo" en la lengua de los orcos.
Orcos que querian solo vivir pacificamente al abrigo del reino Andôr.

Unos gritos infernales azotaron el bosque y un ajetreo inundó la aldea orco,todos salieron a ver que era lo que estaba pasando ;cuando ante sus ojos aparecieron jinetes orcos en hienas AgHik que entraban como si nada,amenazantes y se detuvieron en el centro donde habia un gran árbol de Cörbul que hacia de sombra de plaza de la aldea en donde los niños orcos jugaban sus juguetes de arapos y madera.
El más recio de los toscos y feos orcos desmontó y se acercó a la muchedorcos que se reunían en torno a los jinetes.
-soy Călog comandante de esta compañia y se nos han encomendado una misión...
Quién es el encargado de esta mugre aldea,dá tu puerca cara;ahora! -Estalló su atronosa voz el gran orco Călog que miraba a la muchedorcos buscando algo que mostrara su cometido.
-Calma!!!!! ...comandante Călog ,soy Alkûg el líder de ésta tribu y jefe de la aldea-Sonó una voz chicona y airada,entonces apareció entre los aldeanos orcos ,un viejo orco pero aún recio y se paró frente al tosco orco que le miraba con ojos crueles y penetrantes ,luego hizo una mueca feroz.
-Así que,eres tu Alkûg el jefe de la aldea...
Te haré unas preguntas,de que respondas a las cuestiones sin mentir,nada pasará,nada les pasará a tu gente-Espetó Călog que desenvainó su cimitarra curva y dentada que estaba manchada de sangre,sangre orco y uno de los soldados lanzó un saco a los piés de la muchedorcos y del saco rodaron tres cabezas que fueron cercenadas de sus cuerpos ferozmente,todos se sobresaltaron al ver aquello.

-Los encontramos camino a los cultivos,y ahora yacen aqui...
La pregunta es mugrosos puercos,dicen que aquí nació una niña orco con los ojos azules y que tiene una marca ,en la mano,diganme dónde están,dónde ésta la niña !!!- Rugió el fornido y tosco Călog con tono amenazador,sus ojos ardían de ira y sed de sangre.
Muchas hembras orcos cayeron llorando al suelo acuclillas,el anciano orco Alkûg alsó la mirada al orco tosco que siseaba inquieto su cabeza.
-No hay tal niña nacida aquí...con esas descripciones,no hay nadie así en ésta aldea-Terminó sus palabras tragando saliba.
El orco Călog con un ladeo de cabeza ordenó a sus orcos que revisaron las casas de la aldea,y él se acercó al anciano a paso voráz.
-Dime puerco anciano- Sus palabras fueron interrumpidas por la voz de una hembra orco que en lágrimas chillaba.
-Les dije que esa niña era una maldición,les dije que nos traería la muerte y el fuego aquí- Sus palabras temblorosas hizo que Călog dibujara una cruel sonrisa en su fea cara.
En la ultima de las casas se escuchó un grito y seguido un relincho ahogado,los orcos fueron como perros hambrientos hasta allí,encontraron a dos de ellos muertos,uno degollado y otro con una guadaña enterrada en su pecho que manaba sangre verdacea a borbojones,luego escucharon el rúgir de las ramas quebradas por la corrida de varias siluetas al fondo del bosque.

Las Cronicas De Khiryăn - (Eldriän) Libro 1 - La Llave de LöthyrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora