Unexpected Encounter (Encuentro Inesperado)

Love Nightmare 2

El arcángel se quitó de allí, sin contestar.

Sabía que era peligroso y lo había asustado apropósito. Le gustaba verlo sufrir, ver su rostro preocupado, maltratado, dejándose llevar por todo lo que él podía proporcionarle; todo el amor del mundo, todo lo que quisiera, incluso la tierra. Ahora no tenía mucho tiempo, pero... durara lo que durara este momento... estaría feliz de verlo satisfecho.

-Sam... -le dijo, acercándose a su sonrojado rostro. –Sam, eres tan perfecto.

El menor de los Winchester lo escuchó, con atención y algo de melancolía.

-Siempre has sido mi elegido, eres mi recipiente. Siempre serás mi primera opción... Eres mío, de nadie más. No puedo dejar de pensar en ti... No sabes cuánto me enfurece cuando esos otros estúpidos humanos te dicen... todas esas cosas. Bueno, quizás sean ciertas... Desatamos el apocalipsis hace un tiempo, estuvimos juntos en el infierno... Pero debes estar orgulloso de quien eres. Sam... tú eres capaz y lo sabes.

Sabía que era cierto.

Había tomado decisiones equivocadas varias veces en su vida, pero ahora creía. Aunque, en ese preciso momento sabía que estaba haciendo algo malo y que no podía creer completamente en las palabras de lucifer porque... Bueno, era Lucifer. Sin embargo... en su interior, estaba confiando en sus intenciones: no lo iba a dañar, aún... lo amaba y apreciaba aquello... De alguna forma, él estaba con vida, con un buen recipiente y había acudido a su súplica, él quería estar a su lado. Y ahora... no podía dejarlo ir. Quería... devolverle el favor, incluso si era el mismísimo diablo.

Suspiró y lo observó, agradecido por esas repentinas palabras que nadie jamás pensaría que lucifer pudiera decir a alguien.

-Lucifer... yo... yo quiero...

El arcángel lo miró con atención.

Quería saber si sus palabras habían llegado a Sam.

-... Hazme... sufrir... Yo quiero... sentirte... –le dijo Sam, en voz baja.

Lo había conseguido y no perdería el poco tiempo que tenía.

Apretó con fuerza el miembro de su compañero, masturbándolo con rapidez.

-Ah... Ah... Ngh...

Paró de improviso y se paró encima de la cama, quitándose la ropa que le faltaba. Se lanzó contra él, besándolo con fuerza, haciendo marcas en su cuello y en su torso, jugueteando. Y, finalmente, se decidió a hacer lo que más ansiaba: tener sexo con Sam Winchester. No sabía muy bien cómo reaccionaría el menor de los hermanos, pero concedería su deseo: lo haría sufrir... de placer.

Le levantó las piernas, haciendo que su trasero también quedara levantado y observó su ano. Se llevó tres dedos a la boca, salpicándolos con saliva y comenzó a pasarlos por la orilla del orificio.

-Ah... ah... -comenzó Sam, sintiendo los viscosos dedos alrededor de su ano. Quería sentirlos dentro de sí.

Movimientos circulares de un lado a otro, lo hacían dar espasmos. Sin poder combatirlos, quería moverse, venirse...

Quería sentirlo dentro de su cuerpo.

Quería sentir su calor.

Quería que esto terminara de una vez.

Sabía que nunca podrían estar juntos, de una buena manera, sin que uno de los dos saliera herido por lo terco de sus convicciones.

-Hey, Sam... –dijo lucifer, sacándolo de sus pensamientos. -¿Por qué no me hablas en latín? Ya sabes, como los antiguos sacerdotes...