Capítulo 1: Si te he visto no me acuerdo

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BELLA POV

Estaba dentro. Ya no había vuelta atrás. Respiré dificultosamente al sentir el olor a encierro que despedían las paredes de la mansión, evidentemente cerrada durante los últimos meses, en los que Elizabeth estuvo en coma antes de morir en el hospital. Apreté mis manos alrededor del asa de la maleta, los guantes que cubrían mis manos chirriaron por la fricción.

Sentía todo el peso de su mirada sobre mi, era molesto y me ponía tan nerviosa como antes...

Me tragué el temor que sentía y alcé la mirada hacia él. Ablandé la mirada tanto como pude e intenté transmitirle calor; después de todo, su madre acababa de morir.

Edward era un hombre ahora. Tan varonil y serio. A la distancia podía notar esa frialdad que manaba de su cuerpo y me helaba el corazón. Nuestras miradas se cruzaron un solo instante y él pareció sentirse incómodo. Se marchó del palco desde el que nos miraba y yo bajé la cabeza.

- Vamos Isabella, Edward ha ido a su despacho - susurró el doctor Holland colocando la mano en mi hombro mientras avanzaba. Él parecía saber más de Edward que yo, o al menos entendía su silencio, que a mi acababa de mortificarme.

Su despacho era en realidad el que alguna vez había utilizado su padre. Todo estaba igual. Pulcro, ordenado y con olor a lustre de madera. Combinaba con su dueño, realmente. Esbocé una pequeña sonrisa mientras me sentaba en el sillón frente al escritorio. Él estaba de espaldas a nosotros, mirando por los ventanales de cristal como quien piensa en lo relativo del mundo.

- Es tal y como lo oíste en la lectura, Edward, la casa les pertenece a ambos a partir de hoy...Y no fue sólo cosa de tu madre; tu padre también indicó que deseaba que Isabella se quedara en esta casa -

- ¿Y quién es Isabella? -

Me estremecí. Su voz aterciopelada parecía acariciar mi nombre como nunca había oído. Su voz era misterio, elegancia, masculinidad, sensualidad cantando en mis oídos. Podría jurar que mis mejillas lucían el color de la sangre en este momento.

- S-sólo Bella - susurré de forma apenas audible, mirando mis manos jugar sobre mi falda.

Edward se giró en el sillón con una ceja alzada y me miró como si no quisiera escuchar mi voz.

- ¿Por qué sigue esta mujer aquí, Holland?- parecía fastidiado.

- Porque a partir de hoy, por pedido de tu madre, ambos vivirán aquí y cuidarán de esta casa y todo lo que a ella concierne - Holland suspiró - No lo vuelvas más difícil, ya tengo que irme - le pidió antes de marcharse.

Respiré hondo pensando qué hacer. No sabía si pararme y salir corriendo o decir algo.

- Edward, yo... - él se paró de golpe del sillón y llegó a mi en segundos dando grandes zancadas alrededor del escritorio. Me alzó del sillón tomándome por las mejillas con dos dedos y apretando con fuerza, haciendo que sobresalieran mis labios hacia adelante.

- No sé quién eres, no sé por qué mis padres te querían aquí, pero escúchame bien: no quiero volver a verte, no eres más que una aprovechada, te daré todo el dinero que quieras pero vete de MI casa- amenazó pegando su frente a la mía y abriendo sus ojos de jade al punto máximo.

Me soltó bruscamente y caí sobre la alfombra, sobándome las mejillas acalambradas mientras intentaba pensar que hacer. Edward seguía respirando agitadamente y mirándome con odio declarado. Intenté levantarme apoyándome en la pared de atrás para no acercarme a él. Miró el suelo con pesadumbre tras unos instantes y dijo:

- Por favor, ve a tu habitación antes que enloquezca y haga algo peor -

Asentí exageradamente varias veces y prácticamente corrí a la segunda planta, donde me senté a pleno pasillo.

Esto iba a ser más difícil de lo que pensaba.

Edward ya no se acordaba de mi...

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Hola preciosas, este es el primer capítulo de mi novela, espero que les guste, si pueden dejar un comentario o un voto me haría realmente muy muy feliz. Gracias por leer. <3

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