No es una casualidad que nos hallamos juntados,
enamorados y apasionados cada amanecer.
No mires hacía atrás enojada,
ni mires adelante con rencor.
Mira más allá de mi mirada;
no soy una aurora,
ni tampoco una ilusión.
No soy el sol ni la luna,
soy el fuego de esta pasión.
No aspirarás acabar lastimada,
pues tú me lesionaste el corazón.
Todo comienza en armonía,
y termina en decepción.
Discúlpame por hundir tu vida,
en un océano sin pasión.
ESTÁS LEYENDO
La metamorfosis de mis palabras ©
Poesía¿A caso no podemos describir lo que nos apacienta el alma? Es decir; ¿Podemos sonreír sin tener que ser felices y soñar sin lograr creer en ti mismo? Es cuestión de darse cuenta que aunque nunca valores lo que posees, siempre habrá alguien que querr...