Dolce.

2.8K 395 47
                                    


-¡Vamos hyung!, cerraran la dulceria y yo quiero mis dulces.- Empujó levemente al mayor, era pequeño, pero aún así podía moverlo.

-Corre tú Minseok, no tengo ganas para correr y menos por unos tontos dulces.- Respondió indiferente.

-¡Hyung!, esta cerrado.

-¿Y?-Los ojos de Minseok habían comenzado a cristalisarse y con ello un puchero se formo en sus labios, iba a llorar, eso era seguro.- ¿Vas a llorar por unos tontos dulces?.- Minseok solo bajó la cabeza mientras pequeños sollozos comenzaban a escucharse.

-Deja de llorar Minseok, no es para tanto, mañana podrás comprar tus dulces.

Jongdae no recibió respuesta y la mirada acusadora de todas las personas cercanas comenzaban a incomodarlo.
Hizo una mueca de descontento y se acercó para abrazarlo.

-Ya ya, deja de llorar, no exageres.- El menor no dejo de llorar, al contrario su llanto aumento más.- Bien, te llevaré a otra dulceria, pero deberas caminar mucho.

El pequeño cesó su llanto intercambiadolo por una sonrisa.- ¡Si, vamos Hyung! - Grito dando pequeños brinquitos.

-¿Acaso no escuchaste lo que te dije?, debemos caminar mucho.

-No importa, quiero mis dulces.- Contestó seguro. Definitivamente Jongdae no podía soportarlo.

Sin decir nada más, comenzaron a caminar.

20 minutos más tarde Minseok estaba por tirar la toalla, se había cansado lo suficiente como para pensar que tal vez esos dulces no valían la pena.

-Hyung, estoy cansado.- Pronuncio arratrando los pies por toda la banqueta. Jongdae solo negó sin mirarlo y siguió caminando.- Regresemos a casa, por favor.- Suplicó.

-Ya nos falta la mitad, camina.- Lo tomo de la mano y lo jalo unos metros más hasta que definitivamente ya no pudo.

-¡Ya no quiero caminar!, ¡Estoy cansado!- Gritó tirandose al piso.- ¡Llevame a casa Jongdae!- Esa fue la primera vez que lo había llamado por su nombre; El pequeño siempre lo llamaba "hyung".

-No camine hasta acá para que me digas que quieres volver a casa, asi que si tú no quieres caminar yo lo haré, andando, sube a mi espalda, te llevaré cargando.- Ordenó bajando un poco, lo suficiente para que el menor pudiera subirse.

No pasó mucho para que el rostro de Minseok se recargara completamente en el hombro de Jongdae, se había quedado dormido. "Que lindo" pensó Jongdae para inmediatamente darse un golpe mental, acababa de pensar que Minseok, el hirritante hijo de su vecina, era lindo.

De pensarlo una vez más, le dio un escalofrio y empezó a caminar más rápido. Unos minutos más tarde y ya habían llegado, era una dulceria pequeña, pero con lo suficiente.

-Ya llegamos Minseok, despierta.- Agitó un poco los hombros y los pequeños ojos del mejor se abrieron lentamente.- Vamos Minseok, ¿Qué dulces quieres?.- El menor bajo de su espalda y aún estando aturdido miró la tienda que estaba frente a el como si fuera el mismo cielo.

- ¡Wow!.- Exclamó emocionado mientras entraba a la tienda.- ¿Puedo tomar lo que quiera?

-Solo por esta vez.

-¡Gracias hyung!- Y sin más se acerco al mostrador dónde una joven lo esperaba para atenderlo.

-Hola pequeño, ¿buscas algo en especial?- Pregunto eternecida, siempre había amado a los niños.

SUNDAY. [Chenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora