Forgiveness

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Nunca fue fácil.

Si tan solo hubiera resistido un poco más... tal vez.

No.

Nunca hubiera funcionado. Eran solo aspiraciones vanas sin un soporte sólido. ¿Cómo fui capaz de pensar que funcionaría?

En nuestro primer año apenas empezábamos a despegar, después de Barcelona, las cosas comenzaron a mejorar. Éramos un equipo.

Entonces todo comenzó complicarse, nada que no pudiéramos controlar. Fue difícil tomar el ritmo después de un año ausente, pero ahí estuviste, apoyándome y alentándome; nunca me dejaste solo y me sostuviste cuando mis pies ya no podían hacerlo, cuidaste de mí, aun cuando era mi deber hacer lo mismo por ti.

La única medalla que obtuve; de un metal menos valioso que el tuyo, te pertenecía, por esa razón, sigue en aquel departamento que una vez llegamos a compartir.

Nada pareció mejorar al siguiente año. Tu paciencia infinita comenzaba a agotarse y mi corazón a endurecerse de nuevo ¿Por qué? Tal vez la frustración que sentía por primera vez en mi vida al ver que las cosas no iban como yo lo creía comenzó a cambiar mi forma de ser.

Y tú lo pagaste, incluso si no tenías que hacerlo.

Lo soportaste bastante bien, aunque la distancia que crecía entre nosotros tuvo mucho que ver en ello.

En tu tierra natal eras una leyenda, así como yo lo soy aquí.

Nadie mejor que yo lo entendía, sabía que un día volarías y llegarías muy alto... lo único en lo que no pensé fue que yo no sería capaz de alcanzarte.

Soy humano, al igual que tú, cometo errores al igual que tú.

Y mientras algunos pueden ser perdonados solo con el dialogo o incluso lágrimas de arrepentimiento. Otros no.

Apenas a un año del evento más importante para cualquier atleta, ya sea en invierno o verano, cometí uno de los peores errores de mi vida.

Erré en mis palabras y acciones. Erré en mi corazón, el cual temía que falláramos una vez más y con eso, alejarte definitivamente del hielo. Y cuando lo supe, ya era muy tarde.

"Esto no va a funcionar, Yuri, te retiré la contienda". Fue lo que dije, y tal vez, en ese tiempo hubiera sido verdad, después de todo, cargabas con una lesión encima que no te permitía ejecutar tus programas al cien por ciento; una mala caía o incluso un tropezón podrían echar todo nuestro trabajo por la borda.

El único problema es que dependíamos de esa competencia para asegurar tu pase al máximo evento, aquel que solo ocurre cada cuatro años.

El gesto de angustia en tu rostro es algo que nunca podré sacar de mi mente.

Como me empujaste y gritaste en una rara mezcla lingüística de ruso, inglés y japonés, a lo que mi cabeza apenas logró comprender.

No hacía falta entenderte para saber que lo había arruinado.

Un entrenador nunca debe desconfiar de las capacidades de sus estudiantes, pero debe estar ahí para recordarles que no son de acero.

Bien, hice la mitad de eso, solo que tú si era de acero.

Tu corazón aguerrido, la determinación en tus ojos y la fortaleza oculta en tu mente, aquella que ni siquiera el sabía que existía bajo un manto de ansiedad que lo ha cubierto toda la vida.

Tú eras tú. Un hombre fuerte y apasionado, entregado en cuerpo y alma al hielo.

Eres tan similar a mí y a la vez, tan diferente.

Forgiveness (Victuri) One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora