Puedo ver el color de tus mentiras, más sin embargo puedo ver mis verdades de un color gris, cada vez volviéndose más oscuro. Es irónico como los arcoíris van perdiendo el color a cuenta tuya y como los oscuros mares se levantan alto, luego dejándose caer provocando un tsunami de nuestras emociones. No puedo dejarte ir a ti porque siento que me perdería a mi. Ahí otra mentira, viéndote la cara por cuchosienta vez. Promesas rotas otra vez y solo por tú estupidez. ¿Tanto te cuesta? La verdad no te mata, te alimenta y simplemente es real. No te diré que no lo he hecho, porque yo también he jurado sabiendo que estoy mintiendo.