Fecha de muerte, 27/04/18. Fallecido: Sidney Jenkins

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Volteé a ambos lados, cerciorándome de que no hubiera nadie en los pasillos a esa hora, aunque era muy poco probable ya que en estas horas todos los alumnos se encuentran en la cafetería disfrutando de su almuerzo. En fin, deslicé la carta por las rendijas de tu locker, mis manos sudaban y mis mejillas se encontraban rojas debido a los nervios. Sin duda, me encontraba más ansiosa que nunca, aquel pequeño trozo de papel profesaba todo mi amor hacia ti, amor que escondí durante años. Simplemente no podía aguantar más, ese sentimiento me quemaba por dentro y escudriñaba mi mente noche y día. Una cosa tan importante como una proposición no debería estar plasmada en una hoja de papel, pero sabes que nunca he sido buena expresando mis sentimientos cara a cara, así que decidí hacer una carta para decírtelo todo. Vaya forma estúpida, alguien despiérteme.

Pero ¿y si me rechazabas? Puede que no quisieras escapar conmigo a Londres, incluso era probable que quisieras detenerme, entonces tendría que largarme y alejarme de ti...

Sacudí mi cabeza intentando no pensar en ello, dulce Sid esperaba que dijeras que sí.

Salí apresuradamente del campus, perdí algunas clases, pero no me preocupé en lo absoluto. Más tarde te pediría ayuda, mi amante...

Amante, qué bien suena esa palabra...

Creí que era lo más factible ya que sería un tanto incómodo encontrarme contigo justo después de que hayas leído la carta, sinceramente prefería escuchar tu respuesta en casa después de haberla meditado bien. ¿Por qué me tuve que largar? Debí esperarte, debí hacerlo.

Me coloqué mis auriculares y caminé por las calles transitadas de Bristol mientras la ligera lluvia me mojaba el rostro. Me detuve a bailar un poco cuando "Heaven Knows I'm Miserable Now" de The Smiths sonó. Miré hacia el cielo, nubes grises se avecinaban anunciando una gran tormenta, aquella que se iba a desatar en mi vida...

No le di importancia, sólo apresuré el paso hasta llegar a mi casa.

Habían pasado aproximadamente cinco horas desde que salí de la escuela, acostada boca arriba en mi cama mirando desinteresadamente el techo de mi habitación

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Habían pasado aproximadamente cinco horas desde que salí de la escuela, acostada boca arriba en mi cama mirando desinteresadamente el techo de mi habitación. Mi hogar se encontraba sumido en el silencio que la soledad. Sólo esperando pacientemente tú llamada, probablemente me pedirías reunirnos en nuestro parque favorito, aquel en donde solíamos reunirnos a leer. Sonreí inconscientemente al recordar aquellos buenos tiempos, vaya qué era feliz junto a ti, cariño.

No quise llamarte primero, porque seguramente te sentirías presionado. Te hubiera llamado, hubiera podido escuchar tu armoniosa voz por última vez en aquel día. Eso y mil cosas más pasaron por mi mente hasta inevitablemente caí en los brazos de Morfeo.

En mis sueños, vi escenarios perfectos. Casi sacados de aquellos libros de romance cliché que me fascinaba leer. Tú y yo besándonos bajo la luz de la luna, pintado paisajes con acuarelas, comprando viniles en nuestra tienda favorita, caminado por la playa, admirando el atardecer, mimándonos en el césped y admirando aquellos ojos avellana. Cuando tenían brillo...

Desgraciadamente esto es la vida real, no un maldito cuento de hadas ni ninguna otra mierda parecida. Aquí no hay finales felices.

Entonces, mi teléfono celular sonó estruendosamente. Me desperté sobresaltada, tomé el móvil torpemente y contesté. Era un número desconocido, ni siquiera me puse a pensar quién podría ser, sólo respondí.

-¿Aló? - contesté con un bostezo, sólo se oía un llanto detrás de la línea. Supuse que había sucedido algo, no pensé ni en un segundo en que estuvieras involucrado. -Señora Jenkins ¿se encuentra, usted bien? - asustada, me levanté de la cama y me apresuré a ponerme mis botas blancas mientras que con una mano sostenía el teléfono.


-Cassie... él... y-ya no está Sid, se ha i-ido. S-Sid está muerto. Debes venir, ya. -susurró con voz rota para después romper en un fuerte llorar. Colgó poco después.

No tardé ni un segundo en reaccionar, quedé petrificada. No respiré, no vi nada, ni olí, ni sentí y tampoco escuché, y así me quedé durante tanto tiempo que creía estar hasta los huesos de vieja. El móvil se resbaló de mi mano hasta llegar al piso, haciéndose añicos. Entonces, me dejé caer de rodillas al suelo, y solté un sollozo ahogado para después empezar a llorar.

Lloré cómo nunca lo había hecho. Sólo por ti...

Mi cuerpo se movía debido a los espasmos del llanto, no paré hasta que sentí que mis ojos se secaban totalmente. Dolían, dolían cómo la mierda, seguramente lucían rojos e hinchados.

Me paré cómo si nada, y, aún en shock, terminé de ponerme mis zapatos, tomé las llaves de mi casa, una chaqueta y salí azotando la puerta. Ahí quedó la última parte de mí, mi anterior vida...

Salí sólo con la esperanza de que todo eso fuera una puta broma de mal gusto por parte tuya, y que cuando llegara a tu casa te encontrara riéndote de tu chistesito malévolo hacia mí.

Pero sabía que nada de eso iba a suceder, y que tú ahora yacías enterrado bajo la tierra húmeda, pudriéndote poco a poco.

¡Gracias por leer!

Olvidé que estaba viva | 𝑪𝒂𝒔𝒔𝒊𝒆 & 𝑺𝒊𝒅 (𝑺𝑲𝑰𝑵𝑺) ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora