La serpiente negra.

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El insomnio es una serpiente negra que me susurra al oído las peores de las atrocidades que el ser humano puede conocer.

Acostada en mi cama, miro el techo de mi habitación. Me he acostumbrado a estar en aquella posición, es lo único que hago últimamente.

Recostarme, viendo la vida pasar ante mis ojos.

Siempre hay cosas para hacer, pero hoy todas me aburren.

Todo aquello que me parecía interesante, maravilloso o incluso fantástico ahora carece de sentido para mí.

Los días son iguales, se repiten como discos rayados.

No me dejan avanzar, esto me consume lentamente.

La depresión devora mi mente, cuerpo, felicidad, energía, y, sobre todo, la esperanza de un futuro mejor.

Pensando en todo y a la vez en nada, una pregunta llega a mi mente.

¿Qué se sentiría tenerte en mi cama, una última vez?

No mi amor, vivo no. Tu putrefacto cuerpo enredado entre las sábanas.

Piel grisácea, labios secos y mirada apagada, ausente de aquel característico brillo tuyo. Un costal de carne, sólo eso.

La imagen de tu cadáver se me ha quedó grabada, como si tú fueras la foto y mi mente la cámara digital.

Podía verla, cada que cerraba los ojos.

Un escalofrío de excitación recorrió mi espina dorsal, haciéndome estremecer.

Sentí un cosquilleo y un palpitar en mi clítoris, sólo con pensar en ti.

Llevé mi mano a mi desnudo pecho para empezar a hacer círculos imaginarios alrededor de mi pezón derecho. Pensé en tus dedos, acariciándome lentamente.

Ojos avellana brillosos debido a la calentura que nos recorría, sonrisa levemente ladeada y todo esto acompañado con tu desnudez.

Pellizqué la punta de mi pezón, mordí mi labio inferior intentando callar los gemidos que amenazaban con salir de mi boca.

Deslicé mis dedos trazando un camino que empezaba desde mis pezones, pasando por mi  abdomen para terminar en mi vulva, abundantemente mojada pero cubierta por el calzón.

Bajé mi ropa interior para dejarla en mis tobillos. Suspiré frustrada, ¿de verdad lo iba a hacer? ¿Iba a hacerme una paja pensando en ti, mi mejor amigo, amor de mi vida?

¿Aquel que murió hace tan sólo una semana?

Al diablo con todo, el pecado es peligroso, pero eso lo hace más dulce.

¿No lo crees, Sidney?

Deslicé mis dedos hacia mi vagina  lubricada y volví a mi clítoris, lo acaricié delicadamente con el dedo corazón.

Cerré los ojos, tratando de concentrarme en el placer, en mis movimientos.

Pero, repentinamente, la bizarra imagen llegó a mi mente para quedarse pegada en ella.

Imaginé tus labios resecos y sin color, dios, deseaba que succionar mis pezones duros y rosados. Jalarte el pelo y besarte duramente, metiendo mi lengua en tu garganta mientras empiezas a manosear mis tetas. Disfrutar de los placeres que me das.

Que me cojas rápido y en cuatro, sin parar de gemir, pidiendo más...

A tu merced...

Piernas abiertas a más no poder, apreciar como chorros y chorros de lubricante se escurren de mi  entrada hasta manchar las sábanas debajo de nosotros, oh cariño...

Para luego saltar otra y otra vez sobre tu verga erecta.

Mi mano se movía rápidamente sobre mi hinchado clitoris, mis caderas se impulsaban inconscientemente en busca de más placer. Gotitas de sudor resbalaban de mi cuello hasta mi pecho, mojando sensualmente mis senos.

Un cosquilleo apareció en la parte baja de mi vientre, avisando lo cerca que estaba del orgasmo.

Aumenté el movimiento de muñeca, extasiada. En esos momentos ya nada me era suficiente.

- S-SIIID– me corrí gimiendo tu precioso nombre.

Derramé mi squirt en la cama. Quedó totalmente mojada pero poco me importó, mañana tendría tiempo de limpiar mi desastre

Caí profundamente dormida al instante, el orgasmo me golpeó brutalmente.

Esa noche no soñé con la escalofriante imagen, soñé con tu viva imagen.

Llena de luz, radiante, dulce, encantadora como solo tú. Corriendo en campos de flores  con un gran cielo azul sobre ti. No aquel cielo gris que me atormenta

En medio de mi sueño, una lágrima de remordimiento rodó por mi mejilla.

No sé porqué he llorado, no me arrepiento de nada mi amor.

Olvidé que estaba viva | 𝑪𝒂𝒔𝒔𝒊𝒆 & 𝑺𝒊𝒅 (𝑺𝑲𝑰𝑵𝑺) ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora