Mejores amigos

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-Juro por los dioses que si como un bocado más voy a morir. -Dijo sin aliento el pequeño peli lavanda, y es que sentía que esa tarde había comido lo equivalente a sus 6 años de vida...

No era nada nuevo que cuando visitaba a su vecino en tauro terminaba por querer regresar rodando a la primera casa. Mu, quien ayunaba regularmente, no estaba para nada acostumbrado a semejante comilona. Por el contrario, su alto y fornido amigo se encontraba de lo más normal.

-Entonces ¿Te vas a comer eso? -Preguntó señalando el postre que Mu se sirvió y que solo picó dos veces. El mencionado negó pesadamente con la cabeza mientras se aflojaba lo más disimuladamente que podía el cordón de su túnica.

-Puedes tomarlo si gustas...

Ni tardo ni perezoso el de tauro tomó el plato con toda la delicadeza que su hambre le permitió y deglutió el postre, sonriendo animadamente mientras lo dejaba de manera descuidada en la mesita. –¡Ha estado delicioso!

Mu le respondió con una mirada amable y una delicada sonrisa antes de levantarse (con dificultad) de su sitio. -Te agradezco mucho la invitación, querido amigo. Volveré a mi templo si no te molesta.

Aldebarán rió ampliamente. - ¡Mu! ¡No tienes por qué ser tan formal! ¿Acaso no somos mejores amigos? Vete, nos vemos mañana.

El mencionado asintió con la cabeza y sonrió animadamente, se despidió con una reverencia y partió de regreso a su templo. Aldebarán negó con la cabeza. -Lo quiero, pero a veces es tan raro...-Murmuró para sí, mascando ruidosamente un trozo de pierna de pollo después.

...O...

El ojo verde apenas llegó a su templo y puso una tetera en la estufa para hacerse un té, normalmente después de visitar a su amigo era requerida una buena taza de Masala chai para calmar su estómago. Había aprendido la receta en su tierra natal  y beberla no solo ayudaba a su digestión, sino también a la nostalgia que de pronto le invadía.

Mu colocó las especias en la tetera  con una delicadeza casi ceremonial; el olor a canela y clavo que comenzó a desprenderse le recordaba los pacíficos templos budistas que solía frecuentar en el Tíbet, una pequeña sonrisa apenas se asomaba por sus comisuras cuando escuchó que le llamaban.

-Mu...Mu... ¿Me permitirías atravesar tu templo?

El tibetano bajó la flama de la estufa y se acercó a la entrada, normalmente sus colegas avisaban su paso por el templo y entraban como si fueran los dueños del lugar, eso le hizo tener una ligera sospecha de quien podría tratarse...

Por eliminación, debía ser el futuro caballero de virgo: Shaka.

 -Buenas tardes, Shaka...

El de virgo tenía poco menos de 5 meses en Atenas y ese tiempo había bastado para que se esparciera el  rumor de su mal carácter por todo el santuario, los más amables le describían como "serio y taciturno" y es que el pequeño de tan solo 6 años rara vez salía del sexto templo.

Sin embargo, a Mu no le extraño su presencia, era evidente que si necesitaba algo fuera del santuario  forzosamente pasaría por  su casa.-...adelante, puedes atravesar el templo de Aries si así lo requieres.

El lemuriano se movió a un lado, dándole a entender que tenía el paso libre y el rubio hizo una reverencia un tanto mecánica en agradecimiento. Su breve interacción habría pasado sin pena ni gloria de no ser porque repentinamente silbó la tetera.

Mu dio un leve respingo al escucharla y Shaka, quien tan solo había conseguido dar un par de pasos, se paró en seco. 

- Preparas té...

Mu tan solo atinó a asentir con la cabeza levemente, a pesar de que era en sí una aseveración y no una pregunta. Shaka, para su sorpresa, se sonrió. 

-¿Té chai?

-Em...si-Dijo dudoso, no muy seguro de a donde se dirigía esta conversación y si hablaba con el mismo Shaka del que Aioria y Milo tanto se quejaban. 

El rubio se giró hacia Mu, quien le vio aún bastante confundido por la soltura con la que el supuesto "serio y taciturno" Shaka, le dirigía la palabra.

-¿Siquiera sabes cómo prepararlo?

El tibetano le vio con recelo ¿Quien se creía? Ahora entendía que su reputación se la había ganado a pulso. Sin embargo, no iba a dejarse llevar por las provocaciones, ese jamás había sido su estilo. Mu, por el contrario, le sonrió... aunque su sonrisa distaba mucho de ser amable.

-Por supuesto.-Contesto serenamente.-pues lo preparo de tal manera que me guste a mí.

El hindú se sorprendió mucho con esa respuesta, pero su expresión permaneció  impasible. Fué una sorpresa agradable para él que alguien le respondiera audazmente.

-Bueno compañero Shaka, si no puedo  serte útil en nada más, te pido me disculpes ya que debo apagar la flama o se arruinará el té. Con permiso.

Dicho esto el lemuriano caminó hacia la cocina, importandole poco lo que pudiera pasar con Shaka después. 

El de virgo le vio alejarse hacia la estufa, una sonrisa socarrona enmarcó su rostro de inmediato.-Mu, tu y yo podríamos ser mejores amigos...-Pensó mientras caminaba hacia la salida del templo de aries.

FragmentosWhere stories live. Discover now