Capitulo 22: La extinción

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El doctor Barbosa , estaba apunto de sacar le la sangre a Alex , cuando de repente, Alejandro se levantó arrebatándole el arma a uno de los guardias,   empujo al otro que le apuntaba, tirando le al suelo.
Lo golpeo hasta dejar lo inconsciente y  lo remato con dos tiros.

Barbosa sorprendido quiso huir, escapando por la puerta y subiendo las escaleras hasta llegar a la azotea del hospital. Su intención era escapar con el helicoptero. Al abrir la puerta, Alejandro le disparo, pero falló, dando le al cristal del helicoptero.

Barbosa: maldito insensato, has condenado a la humanidad

Alejandro: ¿ yo? Ustedes los científicos, con su ambición de ser dios.

Barbosa: sin la sangre de la niña, la humanidad se extinguirá

Alejandro: no permitiré que mi hija muera

Barbosa: prefiere salvar una vida y condenar a miles de millones, ¿ es eso?

Alejandro: no me venga ahora usted con clases de moralidad

Barbosa: su hija morirá por un buena causa

Alejandro: mi hija tapará vuestro estúpido error

Barbosa: puede que la humanidad se deje llevar por la codicia de obtener   más poder

Alejandro: no tenemos tiempo para debates filosóficos, doctor.

Barbosa: es verdad, se me olvidaba las bombas

Alejandro: ¿ bombas?, ¿de que habla doc?

Barbosa: el experimento si se salía de control, el sistema de defensa de cada país, actuaría de forma en inmediata, en un plazo de tiempo de 48h después de la infección.

Alejandro: pero como se le puede olvidar algo tan importante

Barbosa: han sido tres días muy intensos

Alejandro: ha dicho tres días, no puede ser, entonces...

Barbosa: entonces si, el fin es inminente, las bombas se desplegarán en puntos estratégicos, para conseguir la mayor exterminacion posible

Alejandro: bueno pues ya no hay vuelta atrás

Alejandro levantó el arma apuntando a la cabeza del doctor.

Barbosa: ¿ que hace?, espere nooo

En ese momento el grito de doctor se desvacio con el sonido de la bala, que incrustada en su cerebro le provocó que brotara sangre a chorros.
Alejandro miró hacia el alba, estaba ameneciendo. A lo lejos, se veían los misiles llegar cada vez más cerca.
Alejandro miro la pistola y llorando bajo, para buscar a su hija, ella estaba dormida del agotamiento. Había perdido mucha sangre, está en las últimas se pensó él.

Sacó su cartera y miro la foto de su mujer, con la niña y sonriendo dijo.

Ya vamos querida

Apunto a su hija y Le metió una bala entre ceja y ceja. Después de llorar durante un corto periodo de tiempo
Se decidió, a suicidar se. Convencido de que todo había acabado. Quiso poner le fin a su triste vida, pero al apretar el gatillo, la pistola no disparaba, se había encasquillado.
No se lo creía, se dio cuenta de que si las bombas habían caído ya, no escuchaba nada y tampoco vio ningún resplandor de la explosión.

Volvió a salir a la azotea y no vio nada destruido por las bombas. Lo que vio fue el mundo normal, gente paseando, ningún infectado. Todo parecía normal, entonces volvió corriendo a la sala donde estaba su hija pero, se topo con la triste realidad.

Al llegar a la sala vio a dos médicos asesinados y a un policía, en la Cama su hija muerta.
Un equipo de policía entró por la puerta al grito de: Alejandro baje el arma queda usted detenido por el asesinato, de un agente de policía, el doctor Barbosa, su ayudante y  Alex. Alejandro tiro el arma y entre lágrimas se arrodilló con gesto de rendición.

Dos años después...

Psiquiatra: ¿ Que tal Alejandro? ¿A podido dormir bien hoy?

Alejandro: todavía tengo pesadillas, no se que ocurrió, estaba en un mundo, apunto de derrumbar se y de repente todo estaba normal.

Psiquiatra: todavía no se a dado cuenta ( apuntaba en un listado)

Alejandro: ¿darme cuenta de que doctor?

Psiquiatra: usted perdió a su mujer, ¿verdad?

Alejandro: si, pero hace ya seis años de aquello

Psiquiatra: usted se acuerda de lo que la ocurrió

Alejandro: pues algo borroso lo tengo  , pero...
Volvíamos aquella noche, de cenar fuera. Y algo se nos cruzo en el camino, un hombre, si era un hombre.
Entonces me asuste y di un volantazo.
Pero aquella persona me la llevé por delante y luego nos estampados contra en el árbol, el quedó aplastado entre el coche y el árbol. Y mi mujer atravesada por una rama

Psiquiatra: ese hombre se llamaba David, y tenía una hija llamada Alex, que estaba en coma hacía ya 10 años, usted se sintió tan culpable de aquello, que empezó a visitar a la pequeña todos los días, durante diez años.

Alejandro: no recuerdo nada de eso, Alex es mi hija

Psiquiatra: usted no tiene hijos, señor, su trauma fue a más , que combinado, con las grandes cantidades de alcohol ingeridas y a eso se le suma la ingesta de pastillas, hizo que tuviera un brote sicótico, imaginando todo ese mundo apocalíptico.

Alejandro: pero que he hecho!!!!

Psiquiatra: matar a cuatro personas y no parece que mejore su estado mental

Alejandro: usted miente doctor Barbosa.

Psiquiatra: perdone, que hace, que pretende.

Alejandro se abalanzó sobre el psiquiatra y lo apuñaló con el boli en todo el ojo, muy sadicamnete, mientras reía y gritaba : ALEX VOY A RESCATAR TE.
Los guaridas entraron y vieron la grotesca escena y decidieron llamar a las autoridades. Lo encerraron en una prisión para locos, de por vida.

Pero dos meses después de a haber sido encerrado, apareció muerto en su celda, con las venas rajadas y bañado en su propia sangre. Y en la pared estaba escrito con sangre. Que el no tenía la culpa, que todo era culpa de las voces.

FIN.


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