Capítulo 11: Lo que me haces sentir

18 0 0
                                    

– Me fascina cuando tomas el control – dije después que sujetó mis manos.
– Te haré mi esclavo, entonces – respondió moviéndose deliciosamente en círculos.
– Hazme lo que quieras – encantado sería su esclavo– pero no me dejes – agregué.

Ella sólo me sonrió, como deseé poder leer sus pensamientos, no tenía idea como lo había tomado, quizá no había sido el mejor momento para decírselo, pero tenía que asegurarle que no estaba dispuesto a que esto se acabara, que había algo más que simple sexo, algo más profundo que francamente me estaba dando miedo, porque eso era lo que sentía ante la posibilidad de no volver a verla, de que en algún momento recapacitara y me mandara al demonio para seguir con su noviecito y no sabía si podría tolerarlo. Aceleró más sus movimientos y me apretó más fuerte las manos al llegar al orgasmo y después la abracé fuertemente.

– De verdad eres maravillosa – susurré, quería que estuviera segura de cómo la percibía, aunque no había palabras suficientes para describirlo.

Un ruido hizo que se levantara rápidamente provocándome cierto vacío. Era un policía y mientras hablaba con él, yo me retiré el condón y después caminé hasta ella, cuando se volteó, se sorprendió de tenerme tan cerca, comencé a delinear sus labios y se resistió, me argumentó que los policías estarían esperando que se fuera y le aclaré que no sabían que yo estaba con ella.

Me pedía con palabras que me detuviera, sin embargo, no hacía nada para impedirlo, seguía dejando que la fuera recorriendo con besos y caricias, hasta que le aseguré que pasaría mucho tiempo antes de que volviéramos a vernos se rindió por completo, entonces la besé apasionadamente, pero a diferencia de ella, sin cerrar los ojos, quería ver sus expresiones, darme cuenta que tanto estaba disfrutando lo que le hacía, era la primera mujer por la que realmente me preocupaba su completa satisfacción, incluso antes que la mía. Comencé a besar sus hombros y en automático se escucharon sus gemidos que me enloquecían, después la coloqué sobre el escritorio y la hice mía una vez más.

Estaba por invitarla a cenar cuando su móvil nos interrumpió, no pude controlar mi risa ante su grito de susto, se notaba que no hacía cosas prohibidas frecuentemente y me encantaba saber que conmigo se atrevía a todo, me miró un tanto molesta pero después su expresión cambió radicalmente y ahí supe quien la estaba llamando, maldito inoportuno, sólo esperaba que le dijera que tenía un negocio que arreglar y no podía verla para que así se fuera conmigo.

– Que sorpresa, en unos minutos bajo – la escuché decir y mi ilusión se desvaneció.

Estaba empezando a odiar a ese tipo, ¿por qué demonios no se largó con su princesa?, precisamente hoy tenía que ocurrírsele jugar al noviecito bueno e ir por ___a su trabajo.

Ella se arregló la ropa y después se puso a buscar su calzón que yo había tomado del suelo, yo la miraba fijamente con mis brazos cruzados, ella sólo atinó a levantar los hombros, ¿con qué esas teníamos?, yo me estaba convirtiendo en un completo ******* y ella sólo me estaba usando para saciar las ganas que su novio no le satisfacía, entonces me negué a devolverle la prenda, esta vez, a diferencia de las anteriores, sí quería que discutiera con ese *beep*, aunque quizá ni se enteraría que ella no traía ropa interior. Me ponía muy mal el hecho de pensar que la tocara con las asquerosas manos con las que tocaba a la otra. __ seguía suplicando que se lo devolviera, me impidió salir de la oficina y me venció el tono de su voz.

– Él te tiene completa, ¿qué más da que yo conserve esto? – acepté resignado.
– No, no me tiene completa y lo sabes, no te puedo dejar eso, al menos no hoy, otro día, te lo prometo, cuando volvamos a vernos, te daré otra cosa hoy, por favor – dijo dándome esperanzas de nuevo, tenía razón, una parte de ella me pertenecía sin que él lo supiera y sin que pudiera hacer algo al respecto.
– ¿Y qué me darías a cambio? – pregunté muy interesado en el trueque.

Me empujo hasta su escritorio y me entregó una pañoleta después de perfumarla así que le devolví el calzón y me fui luego de hacerle la recomendación de los colores que no debía usar para la boda, ella insistió en que aún no decidía sí iba a ir, pero yo no estaba dispuesto a aceptar una negativa de su parte, en verdad quería compartir ese momento con ella, no deseaba estar solo ese fin de semana y no me imaginaba con alguien más.

Guardé la pañoleta en el bolsillo del pantalón y salí del edificio, de inmediato vi el auto de Brandon estacionado afuera y él estaba muy ocupado con su móvil así que no me vio cuando me atravesé la calle, que ganas tenía de gritarle que acababa de hacer mía a su novia, que yo sí la complacía y cumplía con lo que él no, pero no podía, aún no tenía muy claro lo que yo significaba para __.


El jueves a mediodía pasé por Julieta para ir al aeropuerto, estaba muy emocionada por el viaje, tenía tiempo que no salía. Estuvimos platicando cosas sin trascendencia y no le mencioné que también irían __ y Brandon, no quise que se me cayera el teatro de la confusión, que sin saber, el mismo Brandon había provocado.

En cuanto llegamos a Las Vegas fuimos a rentar un auto, después pasamos al supermercado por víveres porque Julieta me dijo que estaba a dieta y finalmente nos dirigimos a la casa, de inmediato me ofrecí a subir las maletas para checar si ellos ya habían llegado. Entre a mi habitación y no vi nada, así que dejé ahí mi maleta, después abrí la siguiente puerta y vi un par de maletas y la rabia me inundó, no podía permitir que durmieran juntos, pero no sabía de qué manera podría impedirlo. Abrí la habitación de enfrente y dejé ahí la maleta de Julieta y luego bajé.

Ella ya se encontraba en la cocina con el radio encendido y la ayudé a preparar la cena, en eso pasaron una canción que a ambos nos gustaba y empezamos a cantar como lo hacíamos de adolescentes, de repente la puerta se abrió y los vi parados con cara de sorprendidos, __ volteó a ver a Brandon desconcertada y Julieta los saludó y me recriminó el no haberle dicho que los había invitado, entonces Brandon le aclaró que yo le había prestado la casa y yo me hice el confundido, por tercera vez agradecía las clases de actuación de la preparatoria, ___tomó a Brandon del brazo y salieron sin decir nada, yo apreté los puños, la situación no iba a ser nada fácil para mí.

– Me quieres explicar qué te traes entre manos, Christofer – dijo Julieta cruzándose de brazos y mirándome seria.
– Nada, yo le presté la casa, pero pensé que vendrían el siguiente fin de semana.
– Sí, claro, ¿qué dedo quieres que me chupe?, dime la verdad ahora – exigió.
– Está bien, yo lo planeé, quiero tenerlos cerca, ver como se llevan – guardé silencio, no sabía cómo explicárselo porque ni yo mismo me entendía por completo – quiero averiguar lo que ella siente por mí.
– ¿Y por qué no me lo dijiste desde un principio?
– Porque no sabía cómo ibas a tomarlo, además no quería que ellos sospecharan que sabíamos que estarían aquí.
– Dios, sí que te está dando fuerte, me supongo que querrás que te ayude con tu investigación, ¿verdad?
– Sí... ¿podrías ser demasiado cariñosa conmigo?, por favor.
– ¿Por qué no hablas con ella de frente?, ¿a qué le tienes miedo?
– A muchas cosas Julieta, estoy muy confundido, no sé qué hacer, sólo quiero ver que tan fuerte es su relación con él... cuanto lo ama.
– Está bien, te ayudaré, pero con la condición de que me cuentes todo lo que ha pasado entre ustedes, no quiero que me vuelvas a ocultar nada, soy tu mejor amiga y me duele el que no confíes en mí.
– No es desconfianza Julieta, lo juro... no entiendo lo que me está pasando.
– Se llama enamoramiento amigo, anda, pongamos el plan celos en marcha.

Salimos y vi cuando Brandon la besó, la sangre comenzó a hervirme y Julieta se hizo presente para que voltearán, pero cuando lo hicieron, él siguió sosteniendo su mentón, entonces Julieta los invitó a pasar para cenar, __ le agradeció y nos dijo que se irían a un hotel en tanto lo tomaba de la mano, así que yo abracé a Julieta por la cintura diciéndoles que nos iríamos ella y yo. __ frunció el ceño mientras Brandon se disculpaba por la confusión y mi amiga los convencía de que se quedaran al tiempo que golpeaba suavemente mi mejilla, aunque parecía una caricia, yo la conocía y en verdad quería golpearme por meterla en este embrollo.

Brandon habló y se atrevió a volver a besar a __, pero ella se volteó ligeramente y el beso se lo plantó en la comisura de los labios y, para rematar, Julieta salió con un comentario que no me agradó para nada, ya me encargaría de que el idi*ota no tocara a __, aún no sabía cómo, pero no se lo iba a permitir. Julieta la jaló y cuando pasó a mi lado me dio una mirada de odio, yo desvié la mía, como si la ignorara, me fascinó darme cuenta que estaba celosa porque eso quería decir que yo le importaba demasiado, quizá más que su novio, o al menos eso quería yo creer.

Brandon y yo entramos después que ellas, que se fueron directo a la cocina y le ofrecí un trago, eso lo ayudaría a dormir, después encendí la televisión. A los pocos minutos salió ___ de la cocina y subió, yo quería ir detrás de ella, pero era jugar demasiado con la suerte y tampoco quería que hubiera un pleito entre él y yo.

Para mi sorpresa Brandon nos acompañó a cenar, ¿acaso no quería estar a solas con su novia?, su actitud me beneficiaba demasiado y por unos momentos no lo odié tanto, luego se despidió y subió, entonces la ira empezó a inundarme de nuevo, de acordarme del beso y pensar en la posibilidad de que quisiera tener relaciones con ella se me revolvía el estómago, yo estaba tanto o más celoso que __.

Ardiente tentación (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora