Había cercas y rejas por todas partes. Mi mente no sabía como reaccionar.
'¿Qué sucederá ahora?' Me pregunté, mientras entrábamos en la residencia.
El chico del bus se me acercó, y caminó a mi lado, tomándome del brazo.
-Bien, más vale que sigas las reglas. Ahora te presentaremos con Jhon, el superior, así que ten cuidado en como le hablas, y en como actúas. Has todo lo que él te diga, si es que quieres sobrevivir.- aumentó el ritmo, y nos adentramos hacia el comedor. Era un cuarto imponente, con vista al océano, y con una mesa de proporciones inmensas, perimetrada alrededor, por de veinte sillas. Todo a tonos grises y blancos.
El chico se sentó en una silla ubicada en el centro, y yo lo procedí sentándome a su lado.
En la punta más próxima, se encontraba una persona dada vuelta, vestida completamente de negro.
-¡Pero miren quien es!.- comenzó sarcástico. Su voz era muy gruesa, daba miedo.-Bien, querida, bienvenida. Te explicaré. Compartirás por esta noche, una habitación con Martha, y ella se encargará de tu vestuario. A primera hora mañana, espero por tu propio bien que ya estés instalada en la casa número 7.- Mi secuestrador hizo una mueca, mientras unos muchachos me indicaban la puerta de salida.
Caminé unos pasos, hasta llegar a un pasillo, donde había muchos cuartos. No me dijeron cuál de todos era. Tampoco me describieron a esa tal Martha, así que no sé a donde debo ir.
Para mi suerte, luego de un par de minutos parada allí, salió una chica.
-Tu debes ser Skylar. ¿No?- la chica me dedicó una sonrisa.
-Si, un gusto.- le devolví la sonrisa, y me arrastró dentro.
Era alta, piel tostada, con una sonrisa hermosa. Sus ojos estaban rasgados, y eran color chocolate.
Me invitó a sentarme sobre la cama que había. De paso, di una mirada a la lujosa habitación. Tal vez podría acostumbrarme.
-Mira, no quiero ser grosera- le dije- Pero, ¿podrías explicarme qué carajos hago aquí?
Ella me miró y lanzó una risotada.
-Bueno, básicamente, te vistes lindo, impresionas galanes, para luego poder sacarles su dinero.
-¿Y ustedes están de acuerdo en sacarle dinero a las personas de esa forma?- la miré indignada.
-No, pero no es nuestra opción- miró desganada el piso. Al parecer, estar aquí incluso le afectaba a ella.- Mira, a todas nos secuestraron. Luego de un tiempo aquí, verás que no es tan malo. Podríamos estar peor.
-Si, tienes razón. Bueno, ¿qué se supone que debo hacer?- yo nunca había actuado como creo lo hacen ellas. No sabría que decir ni como comportarme. Suerte que la tenía a Martha.
-Bien, lo primero será cambiar tu apariencia física.- rió con entusiasmo- esto será muy divertido.