Flaws?

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La nave de Lotor era fría.

¿Sus generales? Aún más.

Le dieron un rifle y un armadura. Su celda privada tenía un espejo y todos los días, cada vez que pasaba frente a él y se veía dentro de aquel traje desconocido con puntas y extremos no familiares, lo único que lograba decirse es que luce bien en morado. 

Habían noches cuando sentía filosas gotas de sal luchar su camino fuera de sus ojos, desesperadas por revelar todos los sentimientos que Lance había luchado tanto por embotellar. 

Habían noches cuando extrañaba a su mejor amigo, incluso sabiendo que él probablemente debía estar maldiciendo al moreno por haberlos abandonado, así como Pidge. Incluso Allura. Sabía que lo más probable era que Shiro y Coran fueran los únicos que no lo estuvieran despreciando, sin embargo tenía una idea muy viva de lo decepcionados que definitivamente se sentían. Lo entiende. Ellos confiaban en él y el castaño les dio la espalda por sus deseos egoístas.

Habían noches en las que pensaba en Keith.

Los ojos de Keith. El cabello de Keith. Las manos de Keith. La nariz de Keith. Los labios de Keith.

Él mismo no entendía el por qué de tales pensamientos. Keith debía ser el paladín que seguramente lo despreciaba más que nadie en ese momento. ¿Entonces por qué se encontraba a si mismo pensando más de una vez al día sobre lo que estará haciendo? Culpa a los momentos de cercanía que compartieron cuando Lance fue su mano derecha. Esos breves instantes debieron haber confundido su cabeza, haciéndole creer que su relación con Keith tal vez era más profunda de lo que en un principio creía. Pero eso no era más que un error. Sentía un cariño por el original paladín rojo, por supuesto, pero aquello sólo era natural considerando el ambiente de camaradería que se vieron obligados a compartir al estar juntos en un equipo. Además del constante miedo a perder a un compañero durante la viciosa guerra en la que estaban, fuera quien fuera. 

Lance no podía darse el lujo de pensar en Keith como más que un buen amigo. 

Un toque en su puerta lo saca de su línea de pensamiento, causando un camuflado temblor reptar por su espina.

"Uh, está abierto."

La puerta automática entonces se abrió, revelando la esbelta figura de Lotor, parado de brazos cruzados y ojos vacíos, mirando fijamente a Lance sentado en su cama. 

"Lance, mis disculpas por irrumpir en tu habitación tan tarde, pero me temo que tengo algo importante que decirte." Habían pliegues marcados entre las cejas de Lotor, delatandole a Lance el estrés que el príncipe sentía. El moreno entonces se levanta, sus manos sudorosas con nervios reprimidos. Un traslúcido miedo se desliza a lo largo de su nuca, lenta pero seguramente, alimentando la rigidez alrededor de su garganta.  

Sacude su cabeza una vez, carraspeando tal vez demasiado fuerte antes de hablar, "Está bien, no hay problema. Tus indicaciones son mi prioridad. ¿Hay algún problema?"

Los labios de Lotor se tuercen hacia abajo por unos breves segundos, "Desearía que no fuera así, pero me temo que si." Un suspiro, entonces un retumbar. "Voltron ha logrado localizar y capturar un objetivo de vital importancia para nuestra misión. Es imperativo que lo recuperemos lo más pronto posible. Imagino que comprendes a qué quiero llegar, ¿no es así?"

Lance aprieta la mandíbula, sintiendo el peso de sus acciones caerle encima de golpe. No hay vuelta atrás.

"Lo entiendo. Mi lealtad ahora está contigo, príncipe Lotor. Mis viejos compañeros ya no significan nada para mi." La respuesta se siente pesada en su lengua, enviando un sentimiento nauseabundo por lo bajo de su esófago. 

Little me. || Klance.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora