Día 5/Carlos.

11 1 0
                                    

Desperté, como siempre tarde, estaba algo preocupado por lo que había pasado ayer, no sabía que hacer, que decirle a Mía, y ahg, Joel siempre anda de metiche con Mía, ¿Qué no la pueden dejar en paz? Me empezaba a dar cuenta que Mía me llamaba la atención, mo sabía que, era diferente a mi, muy diferente, Ana era muy parecida a mi, o bueno, al principio era muy diferente a mi, yo me fue adaptando a ella, aunque tal vez no conocía muy bien a Mía y sólo necesitaba conocerla mejor, se me hacía una niña muy curiosa, le gustaba las artes, todo lo que venga del arte le gusta, la pintura, la escultura, el teatro, la danza, la música, todo, era tímida, pero muy fuerte con su carácter, no tenía un cuerpo perfecto, pero me gustaba, siempre estaba despeinada pero igual me gustaba, no se esforzaba en arreglarse tanto, es como si ni le importara.
En mis pensamientos sobre Mía Cervera todo era perfecto, hasta que recordaba a Ana, la comparaba con ella y eso estaba mal, seguía queriendo a Ana, pero quería avanzar y seguir, quería intentar algo con Mía. Sonó mi celular, era Sebastián, él venía por mi hoy para irnos a la escuela, me preguntaba si ya estaba listo, ya estaba viniendo por mi, así que dejé de pensar en Mía y me empecé a alistar.

Bajé las escaleras, agarré una manzana y me fui, grité "adiós" para que mi madre me escuchara queja me había ido y no esté pendiente. Subí al carro, Sebastián siempre traía coche del año, su familia era de mucho dinero, todos eran médicos y él igual quería serlo, pero no porque le gustara, sino por el dinero. Llegamos a la escuela, me bajé rápido del coche y él lo fue a estacionar, entré, vi a Mía, sentada en las bancas, la saludé, vi su expresión de pena, tal vez sea por lo de ayer, no sabía que pasaba conmigo, ayer la lastimé y la besé, todo fue muy rápido que ni sabía que había pasado.

-Mía, ¿Por qué no has ido al... olvídalo, tu tobillo, ¿Sigues sin poder caminar?

-Jaja, no te preocupes, estaba esperando que llegue alguien para que me ayude a entrar, ¿Me puedes ayudar?

-Claro, ¿Joel no te ayudó?

-Él no vendrá, me dijo que se sentía mal.

-Oh- sentí un alivio, así podría estar con ella todo el día-

Entramos al salón, la tenía abrazada, así que se nos quedaron viendo.

-Wooo, prima, ya conseguiste al niño que te gusta. - dijo Camila-

-¿Eh?- dijo Mía apenada, estaba rojísima... un momento, ¿Camila acababa de decir que le gustaba a Mía? - Hola Camila, ¿Cómo te ha ido?

-Bien prima y veo que a ti nada mal.

-Bueno chicas, hasta luego.- dije, ¿Era cierto lo que acababa de escuchar? ¿En serio le gustaba a Mía? Tenía que averiguarlo.-

-Adiós- dijeron las dos al mismo tiempo.

Salí un rato, estaba buscando a Sebastián, tenía que contarle lo que había pasado, si varias vueltas y no lo encontré, sólo me quedaban checar las bodegas, así que fui, Sebastián estaba atrás de unas cajas de cartón, se estaba besando con Miranda Montalvo, ¿QUÉ CARAJOS ESTABA PASANDO? todos sabíamos que Sebastián no era lo suficientemente guapo para Miranda, aunque si lo suficientemente rico.

-Ejem, disculpen interrumpirnos, pero, Sebas, te necesito, por favor.

-Lo siento nena, esto tendrá que esperar- le dijo a Miranda.

- Nos vemos al rato, mi amor.- dijo Miranda mientras se iba.-

-Muy bien Carlos, espero que en verdad sea muy bueno lo que me vas a decir porque acabo de perder la oportunidad de ml vida al fajear con Miranda Montalvo.

- Ya, es sobre Mía... la ayudé a entrar al salón y su prima dijo "Ya conseguiste al niño que te gusta", ¿Crees que le guste a Mía? ¿Crees que tengo oportunidad?

amores de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora