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¿Abby, vas a venir a mi fiesta? —. Era la voz de su padre en el contestador automático que finalmente la despertó. —Mejor que vengas, muchacha. Estoy harto de tus ausencias. Llámame.

La línea se desconectó.

suspire mientras abría los ojos, prefería mil veces el sueño a la dura soledad que me esperaba cuando abrías los ojos. Al menos allí, incluso en la oscuridad, luchando contra abismos de deseos demasiado oscuros para incluso nombrarlos, tenías un propósito, en vez de sus miedos, fije la mirada en el gran gorila de peluche que había abrazado al dormir, un regalo que mi padre me había dado, cuando me marche con mi madre.

"Algo para mantener alejadas las pesadillas", había dicho él tristemente, aunque ya era adulta, a menudo tenía pesadillas.

-Quizá no debería haberme ido-pensé 

Recién había entrado al colegio, y podría haber hecho mi propia elección. Pero mi madre me necesitaba, o eso crea, en este momento. ya no estaba tan segura de ello, si me necesitaba o simplemente quería controlar mi vida.

¿Abby, ya estás despierta? —dice, Selene Jenner, mi madre quien llamaba desde el piso inferior.

Yo había instalado mi propia línea telefónica apenas había salido del colegio, así como también había trasladado mi habitación a la planta alta, donde mi madre raras veces iba.

Sí, mamá. Estoy despierta — grite, sentándome en la cama, imaginando la mueca de aversión de mi madre, era sábado, por amor de Dios. Tenía derecho a dormir., también podía imaginar la expresión de mi madre si supiera que fue el llamado de mi padre lo que la despertó, resignada, me levante de la cama y me dirigí a la ducha.

Yo era consciente del disgusto de mi madre por el estilo de vida de mi padre, Alexander Denovan, no se quedaba en casa, ni mantenía horarios regulares. Mi padre poseía una corporación electrónica nacional y vivía la vida como él quería. Daba cenas, asistía a obras de beneficencia y organizaba fiestas. En cambio Selene, mi madre, prefería sus libros, su tranquilidad y todo lo que no involucrara a un hombre. Y había hecho todo lo posible para llevarme a mi por el mismo camino.

Yo realmente odiaba las fiestas, siempre lo había hecho y sabía que siempre lo haría, yo invariablemente terminaba yendo a las fiestas sola y siempre me iba de ellas sola, tenía mala suerte para las fiestas, en realidad tenía mala suerte con los hombres, la había tenido por años. Pero estaba obligada a ir a esta fiesta, lo había prometido. ¿Qué más podía hacer que prepararme para ir?, y ademas ¿que mal podría hacerme una fiesta?.

Hice una mueca, confundida mientras consideraba mi carencia de vida amorosa y de vida sexual. No era una gran aficionada del amor o del típico "Y vivieron felices". Raramente veía que funcionara, mis propios padres eran un ejemplo de eso. Y el segundo matrimonio de mi padre parecía más inestable que sólido. Al pensar en la nueva esposa de mi padre, bueno, tal vez no nueva, mi padre, había estado casado por casi tres años con Helen, por supuesto, la mujer tenía apenas treinta y cinco años, diez menos que su padre, y casi diez años más que yo.

-Lo menos que él hubiera podido hacer era casarse con una mujer que tuviera mi misma edad.- susurre mientras me metía a la ducha- Apenas podía tolerar estar en la misma habitación con Helen, la mujer daba significado al dicho "rubia tonta". Cómo había logrado relacionarse con un hombre considerado un genio que era mi padre y por su puesto también estaba Harry, el cual era el hermanastro de Helen, y según mi padre juraba que Harry había llevado a Delacourte Electronics, al estado financiero que ahora gozaba, siendo uno de los principales fabricantes de electrónica, pensar en él, causaba mezcladas reacciones en mi.

Harry era un metro noventa y cinco de alto,duro, compacto, músculo y blanca belleza, con una cínica y burlona actitud que me volvía loca. Sus besos eran de lo que estaban hechos los sueños, sus dedos eran malvados instrumentos de torturante placer y sus labios eran capaces de lanzarme a un hipnótico trance cuando me tocaba. - Al pensar en eso suprimí un suspiro. Ningún hombre besaba mejor que Harry. Debería ser un crimen que un hombre expulsara tanta atracción sexual, y fuera tan idiota, además. Pero yo era mas idiota aun y estaba cometiendo un verdadero crimen,  al no poder superar ese único beso robado, y poder disfrutar cualquier otro.

Luego de ducharme, rápidamente me secó el pelo, suspirando mientras me pasaba el cepillo por mi pelo rubio oscuro, largo hasta la mitad de la espalda, una última vez antes de girarme hacia las puertas abiertas de mi gran armario, tenía suficiente ropa, una cosa que mi padre siempre había hecho era asegurarse de que estuviera bien provista. Mi padre había pensado siempre que su hija debería apartarse un poco de su empresa, pero era lo que yo quería hacer, además me mantenía fuera de la esfera social en la que mi madrastra y Harry se movían, esa era suficiente razón para mantener su decisión.

Pero, yo le había prometido a mi padre que me quedaría con él esta semana y que me tomaría un tiempo libre del trabajo y regresaría a la gran casa familiar donde había crecido antes del divorcio de mis padres, y trataría de ser su hija, No es que no lo quisiera pensé mientras armaba mi valija. Yo lo hacía amaba a mi padre terriblemente, pero Harry estaba en la casa el se quedaba allí a menudo, y era a Harry a quien necesitaba evitar.

Después de empacar mi ropa informal que iba a necesitar, ademas de mi atesorado y oculto vibrador, mire dentro de mi armario para elegir lo que iba a ponerme en la fiesta anual del Día de San Valentín que mi padre daría. Era además, el tercer aniversario de su casamiento con Helen. Si, ella realmente quería celebrar eso, finalmente tome un vestido tubo corto de seda negra del armario y lo colgué del pomo de la puerta. 

De mi aparador saque unas bragas negra, un sostén de encaje haciendo juego y medias de seda ahumadas, los colores oscuros satisfacían mi humor. El día de San Valentín era para los amantes, y yo no tenía uno. Pensándolo mejor, mi padre no me extrañaría, la casa iba a estar atestada, no me necesitaban allí, yo no había asistido a ninguna fiesta de Helen en casi un año. Eran ruidosas, alborotadas y a menudo resultaban un poco salvajes para mi gusto, además, Harry siempre terminaba haciéndome enojar durante la primera hora de la fiesta, si el era mi tormento y mi tentación, los brillantes ojos verdes de Harry me mirarían, siempre cínicamente lánguidos, siempre brillando con interés, mientras los tontos a mi alrededor me sonreirían con afectada adoración.


Tentación -Harry Styles- TheMaliksWifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora