Bonnie me estaba ignorando.
Era la mejor forma de describirlos la situación. Por error le mencioné que iba a pasar todo el día con la princesa desayuno y desde ese momento dejó de dirigirme la palabra.
-Vamos Bonnie, no es para tanto, solo quiero ir a robar algo de comida. Ya sabes, algunas gelatinas rojas y algo de fruta. Realmente no voy a hacer gran cosa.
De nuevo silencio.
Seguía enfocándose en sus experimentos, mezclando tubos que para mí solo eran líquidos de colores y sin ninguna importancia. A veces escribía cosas con su letra estilizada y me miraba por encima del hombro cuando creía que no me daba cuenta. Estaba segura de que solo estaba asegurándose de que no me hubiera ido.-Bonnie, por favor.
Pero ella podía ser la princesa helada cuando se lo proponía. No me hablaba para nada, solo me aplicaba la ley del hielo y esperaba a que yo actuara.
"I'm gonna drink the red from you pretty pink face"
-Atrevete y vas a conseguir más que un ojo morado.
Genial, al menos ahora estábamos hablando.
-Vamos, Bonnie. Solo quiero pasar un rato con mi chica.
-No parecía lo mismo hace un rato. Nada te detiene a ir con Desayuno.
Escupió con desprecio su nombre y me parecía muy tierna al intentar ocultar su molestia. Hacia pucheros de niña malcriada mientras fingía no prestarme atención, pero era seguro que si salia de ese castillo ella iría directo a su cuarto a maldecirme por dejarla. Era como esas respuestas trampa donde "si" es "no" y "no" es "no". En serio era un verdadero lió salir con una niña mimada. Pero me hizo sonreír pensar que ella era mi niña mimada.
Y lo que e daba mas gracia era imaginar que si salia de ese castillo me costaría aun mas que ella se contentara conmigo.
-Pero ella no es la princesa más linda. Ya tengo a mi princesa.
La vi mostrar mas interés en lo que decía, como una polilla atraída a la luz.
-¿ah sí?
Era fácil convencerla de quererme de nuevo.
-Si, una linda princesa rosa.
Ví sus mejillas enrojeciendo mientras trataba de hacer la mejor actuación de seriedad posible. Pense en la fruta y las gelatinas que planeaba devorar ese día, luego vi su cara llena de ese rojo que tanto me encantaba y jamas quitaría de su bonito rostro.
-Oh Bonibbel bubblegum. Siempre tan celosa.
Antes de que pudiera replicar, aproveche su distracción para robarle un beso y ver como su cara pasaba de molestia fingida a una enorme sonrisa.
Corto porque no quería dejar esto tan abandonado.