END: El lamento de un demonio

Capitulo XIV

Tras otro amanecer en la Isla lo primero que vemos es a la joven rubia emocionada y alistándose para su primera aventura, tras terminar de asearse, se viste con una blusa celeste y una falda corta de un color rojo claro luego se dirige a despertar al pelirosa sabiendo que tiene el sueño más pesado entre los dos. Cuando estaba frente a la puerta de la habitacion empezo a golpearla e intentó llamarle, no escuchando que se mueva nada en el interior decide empezar a golpear más fuerte y elevar un poco su voz. De nuevo sin resultados, cansada decide entrar a la fuerza sorprendiendose que ni con todo el ruido que estaba haciendo se despertó el pelirosa, preguntándose  cómo demonios podía dormir con semejantes ruidos. Al estar más cerca del pelirosa se empieza a dar cuenta de que está solo en ropa interior, sonrojándose a no más poder hasta el punto de salirle humo de las orejas trata de desviar la mirada pero su curiosidad la supera. Observa al pelirosa y si no fuera por el leve movimiento de su pecho que subía y bajaba que indica que está respirando pareciera como si estuviera muerto.

-Mavis: "ahora que lo pienso es la primera vez que lo veo tan de cerca detalladamente" - pensaba mientras veía sus labios entreabiertos como si la invitara a probarlos y su torso cincelado además de las cicatrices de su pasado que le había contado un poco aunque para ella no se veían desagradable sino que se fucionaban bien con el contorno de su cuerpo y lo hacían ver condenadamente sexy en su opinión como si fuera una representación de poder y las batallas que luchó.

Mientras sacudía la cabeza rápidamente la joven para alejar toda clase de pensamientos que empezaban a surgir en su mente y limpiándose la pequeña línea de sangre que goteaba de su nariz, maldiciendo en voz baja por haber leído aquellas novelas románticas con contenido para adultos ya que eran muy detalladas y explícitas. Además quien la puede culpar, estando los dos solos en una isla desierta por muchos  años y sin tener nada más que hacer que leer y entrenar hasta el punto de llegar a aparecer el pelirosa en algunos de sus sueños que preferiría no dar detalles, era una joven normal como cualquier otra en crecimiento no la pueden culpar por querer experimentar algunas cosas nuevas con su interés amoroso, se da unas palmadas en la cara y decide enfocarse en el cometido por el que había entrado en primer lugar

-Mavis: Natsu, despierta~ -dijo dulcemente y lo sacudia un poco, en respuesta obtuvo un gruñido del pelirosa y murmuraba en sueños sobre rubias  problemáticas con exceso de energía. - Bien con que asi las tenemos - dijo con una sonrisa perversa en su rostro y sus ojos brillando con una luz indescriptible

Se dispuso a ir a la cocina y probar algo, empezando a agarrar un par de remolachas y algunas zanahorias. Las trituro una por una luego las puso juntas en un molde y las aprieta con un mortero extrayendo todo el jugo dejando un espeso líquido rojizo para luego colocarla en un recipiente, lo mezcla un poco y luego regresa a la habitación del pelirosa. Se pone unos guantes, toma una profunda respiración y comienza a agarrar el recipiente luego con una brocha pequeña lo desliza de a poco en el cuero cabelludo del joven, cuando termina de aplicar todo el líquido. Cuando terminó lo dejo para reposar y que surte efecto por lo que decide ir a ver si los demás ya se despertaron, sale de la habitación dando pequeños saltitos mientras tararea una melodía.

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Con los demás

El primero en levantarse es el pelinegro, se encontraba tomando una profunda bocanada de  aire fresco.

-Warrod: no hay nada mejor que dormir en la naturaleza con el cielo estrellado como nuestro techo - dijo serenamente - ahora bien, como habrán descansado los demás - dijo dirigiendo la vista hacia las tienda, ni bien terminó de hablar salieron el castaño y el rubio.

Aunque sus apariencias difirieron mucho, el castaño estaba fresco como una lechuga, bien arreglado, mientras que el rubio estaba desalineado y con unas ojeras tremendas.