Antojos y privilejios

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Que lindo es el amor, los momento con aquella persona que cautiva tu ser y te recuerda que cada día es precioso con solo estar a su lado, una cosa maravillosa si no estuviéramos hablando de nuestros queridos fell.

Lotus se volvió más irritable ante las cosas complicado la estabilidad emocional de rurik, tener a un gordito irritado lo ponía con los nervios de punta. Nada le había advertido de las consecuencias.

Lo único que podría decir que es de su agrado era lo rápido que podía calentar al otro, ya no era un desafío sacarle una ronda a lotus solo que después debía consentirlo con variedad de comida.

El mismo se prepara y aunque a rurik se le hace muy extraño lo que cocina agradecía de que le hiciera algo normal para él, se quedaba viendo como lotus comía cosas dulces, amargas o ambas, algunas cosas lo hacían vomitar después pero pareciera que no le importaba.

Quien sabe como podría reaccionar lotus ante esa comida exosita pero de parte de rurik prefería mil veces que se detuviera.

En una de las salidas a comprar mas comida revisaba en el camino que desastre quería su querido cupcake, termino tirando la lista y comprar algo que al menos le ayude a no vomitar tanto, tenia cosas en mente y lo necesitaba con energía y sin ese amargo sabor en la boca.

Unas frutas le vendría bien, dulces naturales para que dejara de vomitar, no sabia mucho de cuidar a un embarazado pero no pensaba que seria diferente a alguien normal puesto que solo es que su estomago crece por el bebe.

Aun no tenia muchas cosas claras y eso que ya lotus tenia 3 meses de embarazo, las cosas iban más lentas de lo que quería.

El de ropa militar regreso con la comida algo cansado, el silencio reinaba en aquella casa, no era una buena señal a su parecer, busco por todas partes sin encontrar ni una pista de su adorado cupcake, dejo las bolsas en la nevera sin organizarlo, eso podía esperar menos saber donde se encontraba su pareja.

Se quedo en el cuarto pensando donde podría ir, jamas pensó que se fuera sin decirle nada al respecto. No había hecho nada malo de momento como para justificarse.

El ruido de la puerta de la casa lo saco de sus pensamientos y sin dudarlo corrió a ver quien era obvio con un par de cuchillos en mano con por si acaso, al ver a lotus dejo las armas en su cinturón.

-  ¡¿Donde te metiste?! -Tomo de los hombros al gótico fuertemente.

-  Tranquilo, ni que no pudiera salir un momento y eso fue lo que hice.

-  Avisame antes quieres. Me vas a volver loco uno de estos días -Si que se había preocupado de más.

-  Lo siento, no volverá a pasar -Corto la distancia entre ellos en un cálido brazo-  Es que me aburrí de estar aquí.

El resto del día se quedaron hablando junto con pequeñas caricias muy subidas de tono, rurik no tenia remedio, siempre sera así y a lotus no parece molestarle en absoluto.

Al día siguiente comenzó de mala forma, el desayuno no fue lo que el embarazado quería ya que las compras no eran las de la lista que izo, aun así comió pero de mala gana.

El mal humor de este le dio mucha gracia al militar, no dejaba de burlarse y manosear sus caderas por diversión, poniendo al gótico mas tsundere de lo que ya era, irritarlo era fácil. Lo difícil era animarlo.

Sin importar lo que decía o hacia el militar no lograba alegrar o calmar ni un poco a la gordi. El único con buen humor estaba por igual irritarse pero debía evitarlo. Una pelea a esas alturas no es nada conveniente.

En la noche las cosas se salieron de control, hay estaba un uke embarazado siendo embestido sin piedad, mordiendo la almohada pevitando un escándalo sin tener éxito en cambio el dominante gosaba de oír aquellos gemidos ahogados, calidez del interior del otro. El placer reinaba más que otra cosa. No duro mas de 3 rondas por la pocas fuerzas que tenia el pobre lotus.

Una noche muy agitada pero concluye en un descanso profundo.

Sadomasoquismo - FellPoth +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora