Capítulo 5

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Adele entró lentamente a la habitación esperando una mirada de odio. Para su sopresa Olivia estaba dormida.
No sabía que hacer, tomó una silla de un rincón del raro y oscuro cuarto, dejó el ramo de flores sobre la mesilla de noche en donde también se encontraban unas cuantas medicinas y antivióticos. Lo único que hizo fue sentarse a mirarla.
-¿Cómo puede ser tan hermosa? Aún con la cabeza vendada e inchada, sin una sola gota de maquillaje y ojeras, no deja de tener su cara angelical -pensaba.
A la mitad de sus halagos escuchó que se abría la puerta. Era la enfermera.
-Hola, di... disculpe, soy la prima de Olivia.
-Hola, ¿llevas mucho tiempo aquí?
-No, no tanto, sólo unos pocos minutos. Me estaba preguntando si está estable, quería saber cuando sale de aquí para invitarla a comer.
-Afortunadamente el golpe en su cabeza no fue grave. Tu prima tiene demasiada suerte. Podrá salir en dos o tres días, pero tendrá que reposar unas cuantas semanas más.
Cuando escuchó esto Adele se desepcionó, quería hablar con Olivia lo más pronto posible, ella quería disculparse, pero tendría que esperar para hacerlo.
-Ummm... gracias, creo que me tengo que ir.
-Está bien, espero que puedan salir a comer pronto.
-Si, yo también- dijo triste.

Pasó una semana y Adele no podía sacarse a Olivia de la cabeza. Sabía que ya estaba en su casa reposando. Tenía que contactarla para verla lo más pronto posible.
Esa tarde Adele se dió unas cuantas vueltas por la casa de Olivia, le había escrito una nota. En ella le pedía que se vieran en un café a las orillas de la ciudad dentro de dos semanas. Después de solo merodear un rato dejó la nota en el buzón esperando un "sí" como respuesta a la invitación.

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