¡Quiero un Bebé!

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Han pasado un par de años más a lo que es la era del séptimo Hokage. Naruto y Sasuke ya estaban juntos, la cosa sucedió demasiado rápido ya que se dieron cuenta que su matrimonio no era más que una farsa y merecían ser felices, claro uno al lado del otro. Sus hijos no lo tomaron a mal, incluso como sus padres habían comprado una casa los niños, solían pasar una semana con sus ellos y otra con sus madres, pero particularmente les gustaba estar más con Sasuke y Naruto. Se les hacía entretenido ya que ellos pasaban más tiempo de caridad con la pareja de padres que con sus madres, incluso presenciaban a veces peleas reales de un matrimonio real.

Ya que Sasuke no estaba tanto tiempo fuera como antes, tenia mucho tiempo libre. Si no estaba de misión, lo aprovechaba caminando por la aldea recordando viejos tiempos pero a veces era imposible no darse cuenta de determinadas cosas, como las múltiples familias nuevas que vivían ahí, recordaba como solía vivir con su otra familia y como hace apenas un tiempo había logrado volver a sentirse feliz debido a su nuevo matrimonio. Las  cosas con Sakura no habían funcionado y jamás habían tenido una relación particularmente buena como esposos. Había estado ausente la mayor parte de la infancia de su hija y al ver como familias pasaban felizmente con sus nuevos bebés y como convivían... pensaba que no era un misterio lo que le faltaba.

Por parte de Naruto, él sentía que en realidad nada le faltaba, todo era maravilla y ahora tenía 3 hermosos hijos. Buscaba cada momento para pasar con ellos y sobretodo con su esposo, no era mucho problema encontrarlo puesto que se veían en la oficina para almorzar, hablar de asuntos que le concierne a la aldea, hablar del pasado y acabar hablando de su amor. Todo era perfecto en perspectiva de Naruto, se sentía incluso más feliz de que era con Hinata. Aún tenía contacto con ella debido a sus hijos y no cabía duda que aun lo amaba, pero en realidad el solo se casó con ella por un deje de lastima, o eso fue lo que pensó y reflexiono al momento de firmar el divorcio.

Una mañana de lunes, Naruto tenía una carga particular de trabajo de asuntos que atender con los kages, nuevas tecnologías que actualizar, la construcción de un nuevo edificio y una nueva escuela. El trabajo le había llegado por montón y se sentía muy estresado, hasta que su fiel mano derecha Shikamaru, apareció por la puerta.

-Naruto...

-¿Estás aquí para decirme que al fin me reemplazaran de mi puesto de Hokage? -Dejó caer su cabeza en un montículo de papeles que tenía frente a él.

-Eh... no... vengo a anunciar a tu marido. -En ese instante Naruto recobro las energías, su rostro se torno colorido y se dibujó una gran sonrisa cuando Sasuke entro a la oficina.

-¡Hola querido esposo! -Se levantó de su asiento y fue hasta él para abrazarlo y besarlo. -¿Tan pronto ya es la hora del almuerzo? -Al soltarlo se acercó a un refrigerador que tenía en la oficina -Debo decirte que mis cocineras se lucieron esta vez con los bentos.

-Quiero decirte algo... -Le dijo ignorando completamente cualquier gesto que su esposo había tenido. Se acercó hasta una esquina de su escritorio y apartó una de las tantas pilas de papeles para sentarse- Creo que quiero un bebé.

-¿Qué? Pero si ya tenemos tres. -Le dio su caja - Dos bebés de doce años y la niña de diez. Tres hermosos bebés. -Le sonreía -Aunque son el mismísimo demonio y no llevan pañal.

-Tu lo dijiste ya tienen doce años -Suspiraba- No me malentiendas... quiero a mi hija, tolero al tuyo e incluso tu hija me agrada pero lo he estado pensando y... creo que si quiero un bebé, es algo que no pude tener como tal.

-Ok... creo que entiendo. -Se acercó a su escritorio, tomó un papel y se lo dio a Sasuke. -Toma.

-¿Para qué es esto?

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