Segundo Intento

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Una noche mas paso y sin atentado alguno por parte de Sasuke, ya se le hacía un poco extraño a Naruto que no lo hubiera atacado ya no hubiera insistido. Antes de ir a su cama después de un día muy pesado de trabajo, se quedó un momento en el baño a meditar un poco lo que pasaba con su esposo.

Era obvio que él también quería una familia más grande y sabía perfectamente que podía tener al niño, solo que el hecho de ser Hokage lo agobiaba y no quería que el bebé sufriera algún tipo de daño con tanto estrés y movimiento, además de que no le gustaría dejar a la aldea por un rato, nunca se sabe cuando puedan atacar aunque ya las posibilidades eran nulas. Otra cosa que lo hacía pensar mucho era Kurama, como le contaron, hubo todo un rito para su nacimiento muy a pesar de que Kurama ya era su amigo no podía permitir que se saliera, ya que gente aún buscaba su poder.

Salió del baño y se fue hasta su lugar de la cama, miro a Sasuke quien veía una revista de bebés y papás primerizos. En ese punto a Naruto le comenzaba a doler la cabeza, ¿cómo estaba tan seguro de que tendrían un hijo, como para leer esas revistas? Aunque verlo así le provocaba ternura y también diversión, así que no desaporvecharía la oportunidad. 

-Sasuke, quiero tener un hijo. -Le dijo mientras se metía en las sabanas.

-¿En serio? -Detuvo todo lo que hacía en seco y miraba a su esposo con algo que parecía ser ilusión.

-No, feliz día de los inocentes, buenas noches. -Se tapó hasta la cara y se hizo bolita -Apaga la luz cuando acabes y cancela tu suscripción mensual de papá primerizo.

-Que gracioso eres Naruto...ja-ja-ja -Le dio una de sus risas más sarcásticas antes de apagar la luz y claro, una pequeña patada por romper su ilusión de manera tan cruel- Buenas noches ahora si.

A la mañana siguiente, como siempre, había un montón de papeles esperando a Naruto en su escritorio. Comenzó a creer que debería comprar un corrector de maquillaje para acabar con esas terribles ojeras.

-Aún no es tarde para crear una ley donde me manden todo por correo y firme virtualmente. -Mientras tomaba el primer papel y se sentaba. Shizune paso por su puerta sin anunciarse.

-Oh... lo siento mucho, creo que es la costumbre de siempre entrar con prisa aquí -Sonreía nerviosa y se disculpaba una y otra vez- Ya es esa época del año Naruto, por eso estoy aquí.

-¿Tan pronto Shizune-san? -Miró su calendario- Pero... según esto dice que hasta fin de mes.

-Lo se yo me sorprendí tanto como tu pero...que podemos hacer ¿Verdad? Ven conmigo y hagamos esto rápido para que puedas seguir trabajando.

-Ok... Si son órdenes de bacchan que puedo hacer.

Sin protestar más, Naruto siguió a Shizune hasta el hospital donde una sala ya lo aguardaba.Lo extraño es que no estaba Tsunade por ninguna parte.

-¿Dónde está Bacchan, Shizune-san? -Preguntó mientras se quitaba la ropa, principalmente la chaqueta.

-Esta vez seré yo quien te haga el examen obligatorio, Tsunade-sama está un poco ocupada pero me dejo a cargo -se preparaba- Ya conoces la rutina siéntate y empezaré a examinarte.

El procedimiento era aburrido pero como lo había dicho Shizune era una obligación para el Hokage hacerse un examen médico general cada cierto tiempo para saber si se encontraba en óptimas condiciones para dirigir Konoha. En realidad eran pruebas sencillas, la vista, el oído, los reflejos y algunos otros exámenes como los de sangre de orina y verificar que no tuviera ninguna enfermedad grave. La verdad era que Naruto ya se había acostumbrado siempre salía muy bien en ese tipo de cosas y no era que le preocupara solo quería acabar rápido para volver a su trabajo.

Iniciemos una FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora