Ainé
Había transcurrido una semana desde que mi hermana lanzó la bomba y apenas nos habíamos visto. Erea andaba ocupada con los preparativos de la dichosa boda, volviendo a toda la familia loca en el proceso.
Yo, ya tenía bastante con lo mío...
El último encargo de la editorial no dejaba de producirme jaquecas; debía de ilustrar tres portadas para una saga de literatura que estaba pegando fuerte y las musas me habían abandonado. No conseguía alcanzar mi nirvana. Mi humor perruno empeoraba por minutos y me dolían las cervicales de mantener siempre la misma postura encima de la tablet, que utilizaba en mis diseños.
El sonido del timbre rompió mi calma ficticia, ¿quién será? Me dirigí a la puerta, atravesando mi ático y abrí con bastante irritación; un cartero con cara de pocos amigos me entregó una notificación que necesitaba mi firma para la entrega.
Un mal presentimiento me invadió. Rasgué el sobre inquieta sospechando que podía tratarse de una multa de tráfico, me sudaban las manos, la última había dejado mi bolsillo temblando.Sin embargo, mi sorpresa fue mayor; una factura de un taller exclusivo para jeques, a juzgar por el membrete y la cuantía, me dejó helada.
¡Me cago en la madre que lo parió! ¡4550 euros por el arreglo del Mercedes! Ese hombre estaba loco... ¡Un cambio de un faro! ¡Pero... qué demonios! Si no había tocado las luces. Asimismo acompañando la factura había una nota con una caligrafía elegante.
Señorita Ainé Castro:
Le adjunto la factura con la cifra que debe usted de abonar, con la menor demora posible, por los desperfectos ocasionados al vehículo antes citado.
De no efectuarse el pago en el período requerido, le apercibo, de que tomaré las medidas necesarias. Le concedo una semana de plazo para cancelar la deuda.Aténgase a las consecuencias sino cumple las condiciones arriba especificadas.
Atentamente.
Gael Herrero.
Presidente de GHA hoteles.¡Será hijo de puta!
¿¡Qué demonios le ocurría a ese hombre!? Esa burrada de dinero por dos rasguños inocentes, ese tío bebía, o en su defecto se drogaba. Solamente así, podrían entenderse las exigencias y tonterías que leí y encima amenazantes. Esto lo toleraría, no poseía información del capullo, aunque la buscaría y me iba a escuchar. Si él tenía huevos a mí, me sobraban ovarios.Llamé a mi hermano, un instante después de arrugar el papel de la factura y tirarlo al suelo. Solamente podía contar con él para recabar información, sin implicar a Erea. Su teléfono sonó varias veces antes de que la voz irritada y soñolienta de Antón me contestará:
-¿Hermana, confírmame que se provocó un incendio, o no me haré cargo de lo que te pueda suceder?
-¿Estabas con una mujer? -indagué con interés.
ESTÁS LEYENDO
Reto al Destino (Editando)(completa)
RomanceGael Herrero, es un hombre forjado en las entrañas del infierno. No conoce, ni la piedad, ni la misericordia. No acepta el perdón y solo quiere la sumisión de sus subordinados. El amor no entra en sus planes, pero el matrimonio si. Ainé Castro es un...