Molestia y falacias.

¡Hola a todos!

Les vengo a dejar este pequeño dabble inspirado en lo ulrimos suceso del manga, eso mismo suceso que nos tienen a los okikagu fans chillando de felicidad hastue le gorila nos trollee :'D

sin nada mas que decir, espero que los disfruten n.n)/

Los derechos de los personajes le pertenece al gorila mas famosos, Sorachi Hideaki.

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Kagura realmente estaba molesta.

Todo había salido bien en el momento en que había vuelto a la tierra siendo otra persona. Había logrado engañar a quien consideraba como su hermano, incluso a esa niñita que se parecía demasiado a cierta robot sirvienta.

Todos habían creído su excusa; de que era Kanna, su hija, nacida como un n*m*k*s**n al comer tanto plátano. Incluso la habían aceptado a pesar de lo bizarro que era su falsa, y eso la hacia feliz; podía estar al lado de su segunda familia a pesar de usar otro nombre.

Todo debió ser como había planeado.

Sin embargo, él había llegado y vio a través de su engaño.

Llegó con aquel aire de grandeza que tanto le molestaba, atacandolo sin previo aviso. Él la había ignorado para atacar a Shinpachi, a pesar de que parecía estar jugando al no sentir su aura de asesinó; solo cuando hablo él se percató de su presencia. Atacandola sin importarle que en esos momentos fuera una niña y que era el arma que él tanto había pedido a Mutsu.

Fue en esos momentos donde él empezó a abrir su boca y se empezó a destapar su mentira.

Intento mantener la calma en cada momento. Sin embargo, el muy idiota sabía cómo provocarla y lograr que sus sospechas fuera ciertas. Cada vez empezaba a dejarse llevar como si no hubiera pasado dos años.

Aunque no esperaba aquellas confesiones por parte de ese castaño con ojos rubíes, al hablar de ella de esa manera. Tuvo que usar toda su voluntad para no burlarse de lo sentimental que se estaba poniendo, incluso se concentró mucho más en la pelea para que no apareciera aquel carmesí en su mejilla; como también aquellos latidos rápido sea por la confrontación que estaba teniendo.

Sin embargo, pareciera que su respuesta silenciosa solo hacia enfadar a su rival sádico. Sin que se diera cuenta la había agarrado de la boca y la empujó hacia un conteiner con brutalidad, fue tanta que hasta Shinpachi se lanzó en contra del castaño; provocando que el bastardo pusiera aquel kunai en la cabeza del humano que llevaba lentes.

Solo para que ella saliera de su escondite, de su falsa identidad.

Y lo logró. No pudo soportar más la presión que el bastardo le estaba dando; no podía soportar que lastimara a su hermano de la tierra solo por ocultarse. Ya no podía seguir con aquella falsa, que construyo por la vergüenza que sentía por irse de aquel planeta que tanto amaba; aquel que le había dado un hogar.

Lo atacó sin contenerse, mostrando a través de sus golpes y patadas lo molesta que estaba en esos momentos con su rival. De que él tuviera aquella molesta sonrisa de satisfacción por haberla traído de vuelta.

Estaba molesta de que él fuera el primero en darle la bienvenida.

No obstante, estaba más molesta consigo misma por sentirse feliz de escuchar aquellas palabras.