En el latido de mi corazón

Capítulo 1

Gracias por darme una oportunidad.

Palabras en español: Miguel, al mudarse por un intercambio a San Franstokio, aprendió inglés. Por lo tanto todo el tiempo utiliza el inglés para hablar con Hiro, Tía Cass, etc. De vez en cuando se le sale una palabra en español y esas estarán escritas así.

Sensaciones en la piel

Se miraba detenidamente en el espejo, observando cada parte de su cuerpo, cada centímetro de su piel como si esa fuera la primera vez. Estaba solo en la habitación y no se oía nada más que el murmuro de la gente que estaba en la cafetería de su tía en el primer piso.

_ Tal parece, que estoy cambiando..._ concluyo en un susurro para sí mismo. Muchas dudas aparecían en su cabeza, la mayoría de estas harían aparecer un sonrojo en sus mejillas si las decía en voz alta. Casi todas relacionadas con el joven mexicano con el cual compartía cuarto. Esas dudas trataban si el joven gustaría de él si se ejercitara un poco, o si tal vez prefería de mujeres que gozaran de grandes senos en vez de su plano pecho de hombre. Malditas dudas existenciales. Todo era culpa del joven de piel canela que no lo dejaba estar en paz por culpa de los sentimientos que le hacía sentir.

El ruido de la puerta abriéndose inesperadamente lo hizo salir de sus pensamientos y poner sus sentidos alerta. Su corazón empezó a latir más rápido al saber quién era el que estaba entrando al cuarto.

El joven latino se paró en seco al ver a su amigo semidesnudo (sin camisa) enfrente del espejo y mirándolo con nerviosismo. Una sonrisa traviesa inevitablemente se presentó en su cara. Esto era muy gracioso.

_Oye Hiro, ¿Qué haces? Podrías resfriarte_ dijo el moreno tratando de no reír. El joven mitad japonés lo miro con el ceño fruncido y un notable sonrojo por la vergüenza. Se saludaron chocando los cinco. _ ¿Estas tratando de sacar tus "músculos" o algo más interesante?..._dijo con un tono de sarcasmo. No pudo soportar más y empezó a reír. Hiro con las orejas rojas le da un codazo.

_ Para tu información Miguel, estoy trabajando en mi nuevo robot_ respondió con una sonrisa como si fuera lo más obvio del mundo.

_ ¿En serio?, ¿entonces porque te desnudas?_ se cruzó de brazos y alzo una ceja esperando la respuesta.

Hiro se puso nervioso pensando una excusa creíble. _ Es para... emm... para desarrollar movimientos más suaves y naturales_

_ Jajajajaja, bien, ya veo. Discúlpeme por dudar de usted, joven Hamada_ dijo con un tono divertido. Se dirigió a su lado de la habitación, se quitó su típica sudadera roja y se sentó en su cama. _Voy a salir con unas amigas esta noche..._

El joven asiático inmediatamente alerto sus cinco sentidos al oír la palabra "amigas" de la boca del contrario. El otro continúo. _ Así que ahora tengo que concentrarme en la canción que voy a presentar la próxima semana. Por favor no hagas mucho ruido, ¿está bien?_

El pelinegro frunció el ceño involuntariamente. Sabía perfectamente como era el mexicano; un joven amable y humilde, siempre pensando en la gente que quería antes que él, muy bondadoso y carismático, imposible no agradarle a la gente cuando lo conocen , por esto mismo Tía Cass le ofreció vivir en su casa a la semana de conocerlo. Pero algo que también caracterizaba mucho al mexicano y era algo que en ese momento Hiro odiaba (aunque la mayoría del tiempo no era así) era que el mexicano era muy atractivo (sexy según Hiro). Juntando todo, no era de sorprender que este tuviera bastantes amigas (aunque también amigos), y que gran parte de estas estuvieran tras el latino. Parecía que Miguel no se daba cuenta, pero Hiro si lo notaba, ¡Ho, claro que lo hacía! Por lo tanto, no le agradaba ver a este con sus amigas, le molestaba, lo hacía sentir ansioso, y aunque le costaba admitirlo, se ponía celoso, muy celoso. ¿Pero que podía hacer él?, eran solos amigos para la desgracia de Hiro. Ni siquiera sabía si tenía alguna mínima oportunidad con él, nunca le había contado de alguna pareja, ni hombre ni mujer. Maldita incertidumbre.