Capitulo 3

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De pronto sentí como el mundo se me iba cayendo, como mi corazón se rompía en mil pedazos, como mis esperanzas se iban cayendo hacia el vacío.

-No es cierto, el no esta muerto- refuto llorando.

-Es la verdad, murió en el tiroteo- insiste.

Sentía una gran presión en el pecho, como una bala atravesar muy dentro.

-NO ES CIERTO, MIENTES- Grito mientras intento safarme de las esposas.

-Es la verdad- de pronto saca unas fotografías de su escritorio y me las enseña- ahí esta las pruebas.

En cuanto vi las fotografías sentí el corazón desgarrar se. Ver a Christian ahí tiraron lleno de sangre me  destrozo.

No podía parar de llorar.

-ES MENTIRA, ES MENTIRA , EL ESTA VIVO- Gritaba y me sacudía para safarme de las esposas.

-BASTA-Grito también.

-SUELTENME, CHRISTIAN, CHRISTIAN- Grite con todas mis fuerzas pero era inútil.

De pronto sentía como mi cuerpo se iba debilitando hasta que me caí rendida, fue lo ultimo que recordé.

Al despertarme me di cuenta que estaba en una camilla.

- Que bueno que despertaste - una voz se hizo presente.

De pronto solo recordé lo que me dijo Bravo.

-¿Donde esta Christian?- pregunto mientras las lagrimas vuelven a aparecer.

-Tuviste una fuerte impresión y te desmayaste, sera mejor que descanses-  exclama la enfermera.

-Y UNA MIERDA,¿ DONDE ESTA CHRISTIAN?-Grito y trato de salir de ahí pero las esposas no me dejaron.

De pronto los oficiales al oír el alboroto entraron y me retuvieron contra la camilla y vi entrar a Bravo aun con su cigarro prendido.

-Si no te calmas tendré que meterte a la celda de castigo - susurra  mientras me apega a el jalandome del cabello.

-Christian va a volver en cualquier momento- contesto llorando.

-El esta muerto, tienes que aceptarlo- y sin mas apago su cigarro en mi pecho dejándome una quemadura.

Pero ya no podía sentir mas dolor del que sentía por la muerte de Christian, sabia que el volvería como lo hizo antes, ellos mentían.

  De pronto me trasladaron hacía una habitación donde me vería con Maria pero memdiante una teléfono y sin poder acercarme a ella ya que un vidrio nos separaba.

-Dime que Christian no esta muerto por favor - susurro llorando.

- Es verdad, lo mataron esa noche- responde Maria llorando también.

No lo podía creer, no podía estar muerto, no podía.

-Aun nos faltaba mucho que vivir , no puede estar muerto- susurro.

- Lo siento Yomira, es verdad.

Sentía mi corazón arder, no podía mas.

-Tienes que ser fuerte Yomira, te sacaremos de aquí, confía en mi- dice insistente-Estaremos acá los cinco meses hasta tu juicio, te queremos.

No me pensaba en otra cosa en que Christian no volvería mas, no lo vería mas.

-Quiero estar sola- fue lo ultimo que dije y sin mas me levante y me retire de ahi.

Oía a Maria gritar mi nombre una y otra vez, pero no queria saber nada de nadie.

Una vez en mi celda decidí sentarme en una esquina de mi cama, miraba hacia la nada, tratando de pensar en que momento acabe aquí, en que momento Christian acabo así.

-Hey tu nueva!, tienes que salir al patio- ordena la vigilante.

- Déjenme en paz - contesto.

-Si no sales no comerás nada ni hoy ni mañana- refuta.

Esa noche no pude mas con tanto dolor, no podía seguir sin Christian, ya nada tenia sentido, nada valía si el no estaba a mi lado.

-No me importa...

Solo quería estar sola, no soportaba el dolor de perder a Christian, sentía que ya no valía nada, nada tenia sentido.

Esa noche no pude dormir, solo miraba a la nada, ya no quería vivir, no quería estar sin el.

Así que agarre la funda de mi almohada la estire casi en forma recta y la enrolle en mi cuello, presione con fuerza hasta quedarme sin aire.

Mi cuerpo se fue debilitando hasta que caí rendida al suelo.

Lo ultimo que recuerdo es las voces de todos a mi alrededor.

-Erick encargate de llevarla al hospital yo pondré orden aquí- oí una voz.

De pronto sentí que me levantaron  y me sacaron.

-No te vayas, vive- una voz me susurro cerca a mi oído.

En cuanto desperté me encontré en una camilla nuevamente, conectada al suero y a mi lado estaba un hombre que vestia traje de oficial.

- Tienes mucha suerte, has estado varias veces seguidas internada- exclama aquel hombre al verme despertar

-¿Donde estoy ?- pregunto.

-Sigues dentro del penal, estas en su clínica- contesta.

Al darme cuenta esta vez estaba amarrada a la camilla.

-¿Por que no dejaron que muera?- las lagrimas iban cayendo.

- Si hubieras sido un violador tal vez si te dejaba morir - contesta.

- ¿Quien eres tu ?- pregunto aun con lagrimas.

- Soy Erick, soy vigilante del penal- contesta.

Brotó una pequeña sonrisa.

-¿Erick?- me sorprendió oír ese nombre.

Ese era el nombre que uso Christian cuando entro a mi casa como mi escolta.

-Asi es, Erick el vigilante- contesta.

Pero no era Christian.

-Quitame esto - exclamó mientras trato de safarme de las ataduras.

-Eso es para que no vuelvas a intentar hacerte daño- contesta.

Su tranquilidad me impresionaba.

-Lo hare hasta que ya mi cuerpo no resista mas- susurro sollozando.

- Pues por algo tu cuerpo ha resistido tanto, dos balas, un intento de ahorcamiento- contesta- no crees que trata de decirte algo, vive.

De pronto entro Bravo a la habitacion.

-No puedo creer que seas tan estúpida, tratar de ahorcarte ja, ¿Creías que te dejariamos el camino tan fácil?- exclarte

-¿Les haría las cosas mas fáciles no?- refuto.

-Y ahora por tu tontería estarás dos días en la celda de castigo, Erick llévala- ordena.

De pronto me desataron y me colocaron las esposas y escoltada por Erick camine por los pasillos del penal.


























BAJO TU MIRADA [III]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora