Capitulo 5

13 1 0
                                    

Ya en mi celda una vigilante estaba parada en mi puerta, no querían que vuelva a intentar algo estúpido pero nadie me detendría.

-Niña rica, te toca lavar los baños- exclama Carne y me tira el trapeador.

-o acaso no sabes como se hace?, tus sirvientes lo hacían todo?- exclama burlándose.

Sin decir nada tome el trapeador y me dieron un balde también.

Mientras limpiaba los baños de la prisión recordaba como era mi vida antes de todo esto, el que mis amigos me traicionaran ya no me dolia pero el que mi madre me vendiera si.

Sin darme cuenta vote el valde haciendo que toda el agua sucia vuelva a ensuciar el piso, estaba tan molesta que tire el trapeador.

Me eche a llorar, ya no aguantaba esto, no quería vivir así.

-Levantate-ordena una voz.

Cuando me di cuenta era Erick.

-DEJAME EN PAZ- Grito.

Se agacho para estar a mi altura, me tomo del cabello y me alzo la cabeza.

-Hay cámaras que vigilan todo y en este momento debería tirarte una bofetada por gritarle a tu autoridad- susurra y señala una cámara que estaba ubicado en la esquina del baño.

-Haslo- sollozo.

-Ya sufres lo suficiente- y sin mas me soltó.

Hizo que me levantara y continuara trapeando.

~ERICK ~

Verla ahí frágil y llorando me conmovía, no se por que pero me sentía así.

Una vez en la sala de vigilancia me senté a tomar un café para descansar.

-Y que tal la reclusa suicida?- pregunta Cesar.

-Aun no se integra- contesto sin dejar de tomar mi café.

-Su abogado estuvo esperando por mucho tiempo al oficial Bravo.

-Sabes algo ?- pregunto.

-No mucho, a la salida vi que se encontro con una mujer, lucia embarazada.

Yomira era  diferente a las demás reclusas y no solo por ser la mas joven de todas, estaba hundida en su dolor que no la dejaba ver que la querían ayudar.

Hice mi ronda como todos los dias  y me tocaba ir al cuarto de vigilancia revisar las cámaras de seguridad y ahí la encontré. Yomira siendo golpeada por sus compañeras de celda aunque no podia hacer nada para defenderla unos vigilantes entraron a separarlas.

Vi como se sentó en su cama algo ensangrentada, limpiándose como pudo. Algo dentro de mi me decía ve a buscarla.

~Yomira ~

-Ve a lavarte- ordena uno de los vigilantes.

Y sin mas me llevaron hacia el baño para poder quitarme la sangre que salia de mi nariz.

Pero ese dolor no era nada comparado con lo que sentía.

Me quede un rato en el lavadero llorando mientras quitaba la sangre.

De pronto senti como alguien coloco una toalla sobre mi rostro.

Cuando me di cuenta era Erick.

-Seria mejor que vayas a la enfermería - exclama.

-Déjame en paz, ¿ por que ayudas ?- contesto aun con lagrimas en los ojos.

-Vi como te golpearon en serio creo que debías ir a la enfermería.

Nos quedamos mirándonos un rato hasta que ya nos encontrábamos rumbo al tópico y claro yo iba esposada.

Erick toco varias veces y al parecer no había nadie.

-Pasa, la enfermera debe estar tomando su café .

Me senté en la camilla y vi como se ponía a buscar un botiquín.

-¿Lo harás tu ?- pregunto.

-Se primeros auxilios- contesto.

Coloco un liquido en un algodón y comenzó a pasarlo por mi labio y mi nariz.

-Tienes que aprender a defenderte- susurra.

-Nunca he peleado- contesto.

-Pues acá tienes que hacerlo si quieres que te respeten.-

- Un policía diciéndome que me pelee?-

- Solo soy un vigilante- contesta mientras continua limpiando mis heridas.-

No me había fijado que tenia ojos marrones claros  y su pequeña barba bien depilada .

-Por cierto me llamo Yomira - exclamo.

- Ya lo sabia, reclusa 307 - contesta y ríe.

-No me preguntaras por que estoy aquí ?-.

- Tengo tu expediente, se lo que hiciste-.

-Soy inocente y el también lo era - no pude evitar que las lagrimas cayeran.

Erick al verme así dejo de curar mis heridas.

-La vida te puso en esta situación para ver que tanto resistes -Su palabras quedarían marcadas en mi memoria.

-¿Por que me ayudas ?- pregunto ya mas calmada.

Se quedo en silencio por un momento hasta que dijo:

- Lo haría por cualquier reclusa.-

Y si, no era nada especial.

A la mañana siguiente nos levantaron temprano y junto a otras reclusas limpiamos toda la cocina y los patios.

-La niñata de papi no puede hacer trabajos forzados -oí una voz burlándose .

Trate de evitarlo hasta que patearon mi balde.

-DEJEN DE MOLESTARME- grito.

No era lava ni carne, eran otras mujeres.

-O sino que ?- estaban desafiantes.

Tenia mucha rabia acumulada pero ya no me dejaria golpear mas.

Me di la vuelta tratando de irme hasta que lo que dijeron termino de hervirme la sangre.

-Ni con todo el dinero del mundo podrás revivir a tu noviecito.

Sin poder controlarme me abalance hacia aquella mujer  y comencé a golpearla, la arañe, la mordí.Cosas que no crei que fuera capaz de hacer estaba vuelta loca.

Hasta que sentí que nos separaron, en cuanto la vi ahí tirada con sangre me di cuenta que aun estaba con vida.

-SE LOS ADVIERTO, NO SE METAN CONMIGO -grite y sentí como me llevaron hacia mi celda.

Trate de secarme la sangre que salia de mi labio.

-No estuvo mal, pero ahora por eso tendrás que limpiar todos los baños - de pronto Erick entro a mi celda.

-Dijiste que me defendiera.-

-Y lo hiciste- no veía molestia en su rostro.

Sin mas se fue.






BAJO TU MIRADA [III]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora