He sido testigo de la llegada de un ejército de estrellas fugaces
Que se dirigían hacía ningún lugar de ninguna parte,
Pensé en unirme a ellas una vez,
Tal vez porque su brillo aumentaba y no me dejaba ver,
Sin embargo diferencié rostros conocidos,
Rosotros que más de una noche estuvieron conmigo,
Supongo que todo ese brillo era el amor,
Que todo lo que veía era ilusión,
Y sin embargo, después lo único que sentí, era un inmenso dolor,
El ejército avanzaba y yo me quedaba atrás,
Por mucho que saltara mis brazos no las podían tocar,
Por mucho que le llorara,
Ella no volveria jamás.