Ella nunca fue real

Carta

Ella nunca fue real

Vengo a buscar consuelo ante esta ayuda emocional, estando detrás de una hoja y un bolígrafo después de tener mi dictamen final. Solo quiero perdeme en mi; pedir mi ultimo deseo antes de partir.
-Que el amor pase de página o cambié de vida.
Un encuentro efímero, me enamoré de una chica de carne y hueso y no solo eso. Me enamoré de su cuerpo, de su sexo, de su sentimiento y sus recuerdos.
Me enamoré...
Maldita fue la hora en que la encontré; aunque quizás ella me encontró a mi.
No lo se.
Quise demostrarle tantas cosas, que se podía llorar de alegría y vivir una vida que ya no estuviera con su alma vacía. Quise demostrarle que la amaba de verdad y que de un sentimiento "puro" este no tendría fecha en el calendario ni motivos para seguir floreciendo, no acabaría su existencia si después de su partida nunca volveria así pasarán. No sé, un día, un mes, un año, una década, un instante para recordar y recapacitar si ese hombre te quiso de verdad.
Si después de eso te acuerdas del loco que contó sus miedos y los arrojo al vacío, para poder amar de verdad. Sin pensar si eso iría a funcionar.
Pero el amor no sobrevive a la muerte de las mariposas, cuando el tiempo deja a confianza y el dolor se vuelve un arma bajo unas bragas, después de que el dolor se vuelve un asesino de recuerdos pero no mata a los sentimientos que juro dejar intactos por la flor de invierno.
Haciendo una promesa, un juramento divino y mortal para su tan anhelada amada.
"Siempre te amaré"
  No medir el tiempo ni la distancia, atando un amor que nunca fue correspondido y por ende, nunca fue comprendido.
Me enamoré
Debo admitir con la cabeza abajo, con mi voz apagada y sonrisa destrozada. Que si me enamoré.
Lo supe después de verla la primera vez, supe que me enamoré después de verla partir.
Supe que después de su partida algo dentro de mi se habia marchado junto a ella, intente sonreír con el alma rota y no pude, intente dormir para dejarla de pensar pero eso no paso, cuando el tiempo dejo de correr y el insomnio me atrapo, con sus garras me arrastró por calles en la oscura y fría noche, abriéndome heridas de un pasado que se despidió pero nunca dijo adiós y dejo abierta la puerta del amor.
Me enamoré, pero me enamoré a destiempo, porque...
Cuando quise volver a buscarla no la encontré, cuando quise volver a ver su sonrisa, por medio de susurros descubrí que su luz se había apagado.
Me enamoré, pero...
Cuando quise buscarte, tu ya habías muerto.
Que tu sólo habías sido un sueño.

Mientras escribo esta carta de despedida, mientras veo mi ultimo atardecer antes de partir y dejar esta vida terrenal. Ire en busca de ese sueño, estaré dispuesto a encontrar esa luz al final del túnel.
Solo pido perdón, por ser un cobarde y dejar que mis miedos me desbordaran un río de lágrimas en esas noches oscuras y llenas de miedos que han atravesado por mi piel.
Naufragó en mi barco, deje caer el ancla de la esperanza y me dije adiós a mi antes de decir que te deje partir.
Hago esta carta como una despedida de un amor que nunca existió, que nadie mas aparte de mi lo vio, que nadie a sentido, diseños impregnados al papel.
Miedos que se ven reflejados en mi piel intentando comprender eso que tenemos adentro, eso que algunos llaman musculo y otros parte del alma. Descendiendo por esta escalera mientras cuento cada anécdota del pasado por medio de párrafos y relatos, de risas y llantos.

Pienso como pude gritar tanto y ahora morir en silencio, de esta manera tan patética y poco ética. Algo cobarde y poco satisfactoria de morir, mucha gente sueña de morir con honores, salvando la vida de alguien más o defendido a su patria mientras su arma cae en la batalla. Pero yo caeré ante la batalla de mis miedos, ante los traumas de un niño que aún espera el regreso de su padre, el cual se fue sin dejar un rastro y dejando a su único hijo, a su suerte. De pequeño me gustaba pensar que era un animal, la cría de un león o un leopardo, siendo un animal salvaje que deberia aprender a sobrevivir en este mundo tóxico y tan inhumano. 

 Nadie te enseña a ser fuerte, no te enseñan a como levantarse de una caída; de un vacío emocional o complejos que rompen él silencio de esas noches estrelladas.

 Solo me sentare en el banquillo de aquel parque donde nuestras miradas se cruzaron y hubo esa magia que algún día nos unió. Esperaré a qué regreses (Es obvio que nunca llegaras). 

Solo dejare que el tiempo pasé mientras recapacitó sobre la muerte. El dejar de existir, de tener miedos y problemas, dejar ese vacío del alma. 

 Suena a una idea muy tentadora. 

Solo vengo a dar mi dictamen final, a dejar una aclaración de mi cobarde decisión. Solo dejare que el tiempo me convierta en polvo y si hay otra vida, Dios: si estas hay y me escuchas solo pido un favor, que se me puedan abrir   las puertas del cielo para poder ver aún que sea por última vez a la mujer que me robó esa que algunos llaman musculo o parte del alma (corazón).

 Está es mi carta de despedida, sin un prólogo decente ni un escrito sorprendente, no esperarían mas de mí o al menos eso esperó. 
 

 Si llegas a leer esto solo recuerdame como un poeta no como alguien que te amo. 

 Hasta pronto.