Min era un demonio... Este tenía muchos problemas... Los más graves eran... Ser un psicópata y un homicida... Si el delgado hilo de su cordura y su catastrófico mundo se quebrara, será el fin dejando a ese sádico psicópata asesino que guarda ansioso...
Los rayos de la luz del sol entraban ligeramente por la ventana y desperté gracias a los pequeños rayos de sol, me levante y escuche el ruido de una ¿licuadora? Así que decidí bajar a ver que pasaba vi mi teléfono y eran las 8:30 a.m, cruce el pasillo un poco adormilado tallando me los ojos, llego a la cocina todavía un poco dormido
- Buenos días angelito - me dijo angelito, si supiera que si soy un ángel, dice deteniendo el ruido de la licuadora, con una sonrisa llena de energía, estiro mis brazos arriba de la cabeza - ¿Descansaste?, espero que si porque hoy iremos de paseo a las tiendas - dejo caer mis brazos
- Buenos días kookie, tu deberías descansar es tu día libre - camino hacia el - Vamos, ve a sentarte al sofá yo seguiré con el almuerzo - lo empujó delicadamente hacia la sala y después sentarlo en el sofá
- Gracias minie - y me dedica una sonrisa y le devuelvo el gesto
Sigo preparando el almuerzo y en poco queda listo, unos huevos estrellados y un licuado de frutos rojos que hizo kookie fue nuestro almuerzo.
- Jiminie ve a cambiarte saldremos a darnos gusto - dijo dándole un último sorbo a su licuado seguido de esto se paro y fue a su habitación a arreglar ropa y ducharse y yo hice lo mismo
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Y justo cuando salí de mi habitación jungkookie lo hizo tambien
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Y así fue como jungkookie y yo salimos enseguida y nos aseguro de tener todo listo, y salimos del apartamento
- ¿A donde vas? - dijo jungkookie al ver que seguía caminando en dirección por donde habíamos llegado ayer a su departamento
- ¿No vamos por allá? - pregunté dudoso señalando con mi dedo y viéndolo por mi hombro
- ¿Acaso quieres caminar?, No uso mi auto seguido, porque el instituto esta cerca, pero ahora que andaremos por todas las tiendas seria bueno usarlo - dijo riendo
- Como usted diga, kookie general - dije y lo seguí
Dentro ya en el auto, mi preocupación crecio
- ¿Si sabes conducir, verdad? - dije agarrando con cierta fuerza el cinturón
- Pues, presente cinco veces la prueba y reprobe siete, así que supongo que si - dijo en risa y sin más metió el cambio de reversa para sacar el carro y prosiguió en el camino a la carretera hacia el centro de Daegu.
