1999 (o cómo generar incendios de nieve con una lupa apuntando a la luna)

1999

Prólogo; La mirada de la gente que conspira

Paso lista a todos los ausentes de esta fila transparente, cobardía o mala suerte tal vez.

Y ahora guardo mi pretérito imperfecto y le doy un expediente, mi presente efervescente también y veo partes de mi vida como piezas de un gran Tetris que nunca encajan muy bien y sólo se entiende al revés.

Incendios de nieve

Soy un loco, son más de las tres y estoy en los bloques rompiendo ventanas para encontrarla, no habrá más reproches. Intento mostrarle que lo mío es real, incluso intenté alquilar un cantante de peso, pero al final me asusté al leer esos precios.

Sé que no será capaz de odiarme; tan solo quería ilustrar que quiero arriesgarme a conocerla, porque mi miedo al fin cayó.

Sólo quiero que mire hacia abajo, llevo una banda especial; doscientos sonámbulos que silban de miedo, flautistas morenos y seis timbaleros, dos mancos y espectros de noche que encontré en la ciudad, como este anormal con un didgeridoo negro, mal ventilado y peor de los nervios que yo.

Pero vamos, no será capaz de odiarme, si solo lo he empeorado aún más. Espero que baje y sus labios me callen o si no empezaremos a silbar.

Club de fans de John Boy

Aceptó a salir conmigo, nuestra primera cita fue a un concierto; le llamaré John Boy.

Todos los raros fuimos al concierto del "Gran telépata de Dublín", ya hacía media hora habíamos invadido el metro, yo iba obligado y ella en éxtasis. Tanto les daba ocho como ochenta a los fanáticos de John Boy, frente al estadio ya empezaban a cantar sus temas.

Las primeras filas eran su obsesión, decían que John Boy era boreal, algo ambiguo y de infancia gris, sinceramente yo lo detestaba hasta morir.

Al fin las luces se apagaron, me preguntaba ¿Con cuál van a empezar? A ella le daba igual y dijo "acertará".

Me empecé a preguntar ¿Cómo es posible que haya estado en sus infiernos? Es imposible, no, es un misterio. Quisiera tener su don, así sería posible conocerla más por dentro, pero no conseguiré saber más de ella.

Yo no soy otro fan de John Boy, odio a John Boy y espero que ella lo empiece a odiar también.

Ella llegó a decir "tiene poderes", yo creo que lleva media vida huyendo, quizás le pasa lo mismo que a mí. Había expandido su emisión global y sin embargo a quién tenía cerca no podía transmitir.

El sujeto tenía una mirada universal, de "alcance personal". Me hipnotizó por fin con su verso letal.

Las malas lenguas

Parece que todo iba bien entre nosotros, sin embargo, aún había algunos pequeños problemas.

La radio ha dicho que cada exceso vuelve como un boomerang, y nosotros somos portada con un tremendo titular. Ya han montado debates tensos, nos dan seis o siete noches; ya nos han puesto fecha de caducidad.

Aun así, pienso quedarme hasta al fin, hasta que diga "no da para más".

Algunos dicen que ya han visto la señal, no creo que sean bolas de fuego o alguna supernova fugaz, son como las fiebres que con el viento amainaran.

Las malas lenguas tiran de otras muchas más, presuponen que es un juego fatal, aunque su falla esconda parte de verdad.

Pueden confundirnos y al final ganar, y nos influirán. Si el trayecto sigue y esta nave va ¿qué más da?

Ha pasado un tiempo y las cosas empezaron a ir un poco mal...

Segundo asalto 

Maldita nieve de este largo enero descubre el hielo de un silencio aterrador, mejor lo rompo yo.

Las pocas fuerzas las empleo hablando, palabra dura que ametralla el interior y parte el bloque en dos.

Ya empezó, el segundo asalto, esperaré el gran impacto. Golpea bien, hazlo bien.