Tres mundos

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El sonido de mis zapatos al correr, generaba eco, empezaba a jadear un poco, no era muy atlético y ya había recorrido gran distancia, miraba hacia todos lados y no la encontraba, la clase empezaría pronto y no estaba muy seguro de que salón me tocaba y si tendría tiempo para hablarme aunque claro, no tengo nada que hacer en la clase, no puedo hacer nada en las clases de hoy por el descuido con mi mochila.

De pregunta en pregunta, logré encontrar mi salón, entrando en él rápido. Para mi buena suerte aún había asientos y el profesor aún no había llegado, aproveche ese espacio de tiempo para poder tomar asiento y buscar con la mirada a la chica, sin embargo no estaba.

¿Habrá más alumnos nuevos? Seguramente que sí, el director pudo aprovechar el traslado a este lugar relativamente más grande. Ella será de las nuevas estudiantes supongo.

— ¡Presente!—

Mis pensamientos me hicieron no darme cuenta de la llegada de la profesora que ya había alistado sus cosas para su clase y estaba llamando a su lista. Cuando me llamó y dijo mí nombre, logré ver que María apuntaba algo en su libreta       ¿Será acaso que buscaba recordarlo? Será la primera persona que me llame por mi nombre luego de mucho tiempo.

— ¿Alguien me prestaría una hoja y un lápiz? ¿No? ¿Nadie?
Ok…—

Nuevamente mi pregunta fue ignorada por la mayoría de las personas que estaba a mi alrededor, ni siquiera María dijo nada, al igual que otros, sólo me miró de reojo y siguió con lo suyo.

—No escuche ningún nombre nuevo en la lista…—

Me dije a mí mismo en voz baja, era extraño, en ese momento muchas preguntas vinieron a mi mente, ¿Existió realmente aquella chica? ¿Me estoy volviendo loco? No mucho tenía sentido y la mirada de la profesora que tenía la intención de decir “alumno vago, no estás haciendo nada”, me provocaba cierta incomodidad.

Curiosamente no habían contratado nuevos profesores, sólo nuevo personal "secundario". Tal vez me estaba volviendo loco y la soledad hizo que tuviera una alucinación, pero eso no puede ser posible, estaba muy feliz en la mañana.

— ¡Presente profesora!—

Al escuchar aquella voz miré hacia la puerta, que es de donde estaban hablando, era un chico algo moreno con el uniforme, pero era extraño, nunca antes lo había visto.

—Disculpe la demora, soy un alumno nuevo y pues, me perdí. —

Esas palabras me aliviaron mucho. Él chico sé presento, se llamaba Luis y había venido de intercambio a un alumno de otro salón, sin embargo un mal tramite hizo que le restaran un alumno a otra aula y le agregaran uno más a este, pero es momentáneo por lo que, no se quedaría aquí mucho tiempo, se preguntan

¿Cómo lo sé? Fácil, él se presentó así, se presentó explicando todo su problema, absolutamente todo su problema. Cuando finalmente se calló y se pudo seguir con la clase quedaba poco tiempo, o bueno, para mi veinte minutos era muy poco, ya que tenía que aprender todo lo que podía de lo que la profesora explicaba, sin un cuaderno de por medio.

Término la hora pedagógica, ya podíamos salir, estaba muy confundido, ella era mi profesora de lenguaje pero estaba enseñando razonamiento verbal, supongo que es una de las tantas cosas que cambiaron junto con la ubicación de la escuela.
Saliendo del salón sentí una palmada en la espalda, un toque inocente, por lo que volteé con calma a ver quién era, sin embargo no encontré absolutamente nada y ya todo el grupo se había separado de mí.

—Qué extraño...—

Cuando giró la cabeza para seguir mi camino la veo nuevamente, en todo su esplendor, parada a poca distancia de mí, sonriéndome y saludándome, ella era un chica muy atractiva, su cabello era largo y castaño, sus ojos eran claros, marrones pero bastante claros y. . . la naturaleza fue buena con ella, trataba de concentrarme más en su rostro para no pasar por alguna incomodidad.

Aún esperoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora