Prólogo

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Karla: La catártica

La poeta empedernida, enamorada de los demonios, lleva en su sonrisa soñadora las palabras que alguna vez nuestros labios pronunciaron. Entre sus letras se esconden desde las más profundas tristezas hasta el más claro entendimiento del amor puro, dejándonos ver que hay un futuro prometedor en ese metro cuarenta y nueve, lleno de magia y luz.

Que el par de ventanas cafés de Karla, mi Karli están llenos de vida y recuerdos y que si los ves fijamente, te transportan a su universo, donde existen dolores desgarradores y ausencias de quienes ya no podemos sostener más, pero también de esperanza y paciencia ante las adversidades.

Las heridas son de quien las reconstruye es un viaje inefable que hace palpables los versos llenos de montañas, huracanes, playas y tormentas, de reconocimiento hacia el verdadero amor propio, aunado al dolor del aprendizaje del dejar ir. Soltar para sanar el alma rota, caminar hacia delante sin apegos y sin miedos, y si alguna vez te pierdes en la tormenta, poder reencontrarte bien plantado en la arena, frente a las olas del mar.

Las indelebles palabras de quien se ha convertido en un ser de fortaleza y de una desmesurada fuente de inspiración, expone los demonios que debemos amar y dominar. Nos encontramos de pronto ante una fascinante experiencia al darnos cuenta de la semejanza entre versos y realidad, y entonces comprendemos que nunca vamos solos en el viaje.

"Y entonces aprendí que uno es gran parte gracias a la gente que pasa por tu vida" leo entre páginas, mientras agradezco y bendigo que sigas en la mía.

Paula Hernández

Las heridas son de quien las reconstruyeWhere stories live. Discover now