Capítulo dedicado a Nina_Casillas, por tenerme fé.
•***•Claro de Luna
Tsukishima fue el único que durmió esa noche.
Kuroo, Daichi y Akaashi se reunieron a puerta cerrada en la habitación del rey de Karasuno después de salir del salón donde la cena informal estaba teniendo lugar.
Oikawa, Ushijima y Suguru hicieron lo mismo en los aposentos del rey de Shiratorizawa. Y el ambiente en ambas reuniones era el mismo. Incertidumbre, enojo, y la adrenalina que opaca al miedo.
Daichi suspiró, llevó ambas manos al puente de su nariz y cerró los ojos unos segundos. No tenía caso, llevaban horas discutiendo sobre el mismo tema y por más que intentarán evitarlo el numero de bajas sería inmensurable. Como rey, la parte más difícil de todas siempre era cargar con la vida de sus súbditos, y si bien siempre se mostraba impasible cuando se trataba de la vida de extranjeros, odiaba sacrificar la de su gente. Sin embargo también era consciente de que era necesario; no por nada Karasuno contaba con un ejército basto y poderoso desde hace tiempo. La posibilidad de una guerra siempre había existido, y ahora había que enfrentarse a ella con todo lo que tenían.
Akaashi ni siquiera contaba con un ejército, era un rey sin corona y como tal, se sentía una verdadera carga para la alianza con la que contaba. No iba a negarlo, la idea de renunciar a la Corona y evitar una guerra era tentadora, pero si lo hacía, estaría faltando a la memoria de Konoha, a la de su padre, e incluso a la voluntad de la única persona que lo había visto llorar en toda su vida: Bokuto; quién al parecer ahora lo quería bien lejos de ahí, reinando en Fukurodani con todas las ocupaciones que eso le conlleva. No entendía aquello, pero al menos agradecía la fe en su persona para reinar una nación que le había traicionado.
Kuroo por otro lado era el más entregado a esa guerra. Aquello era algo personal, y es que si no les bastaba con el reto directo que Ushijima le había hecho al pedir la mano de Tsukishima, también había que añadir que el supuesto nuevo rey de Fukurodani era un desertor de Nohebi, una casa de Nekoma que cayó en desgracia en el reinado de su padre y por si fuera poco, su ex amante, quien huyó de su lecho cuando Kuroo le explicó porque su primera orden como rey no podía contradecir una de las últimas de su padre. Claramente no se había enamorado de él, pero su orgullo seguía herido al saberse utilizado, pero sobre todo, por haber sido lo suficiente idiota para permitir aquello.
Las razones de todos eran distintas, pero el objetivo era el mismo. Una gran guerra estaba por comenzar, y como en todas las grandes batallas, el destino de todos estaba por decidirse.
...•••...
Suga recargó su frente contra el cristal de la ventana, buscando confort en una frialdad que no encontró. En el nido del cuervo, aún en verano, las ventanas siempre eran sinónimo de frescura; aquí, en la Isla del Rey, que para sus adentros comenzaba a llamar la Isla del Infierno, no había un lugar que le proporcionara el clima adecuado para sentarse y sosegar la infinidad de emociones que comenzaban a sobrepasarlo.
Aunque tampoco era como si simplemente pudiera sentarse a esperar. Antes habría sido llamado a la junta que los tres reyes estaban teniendo, su consejo siempre había sido escuchado por Daichi y gracias a eso nunca tenía que esperar detrás de una puerta a que le contaran los planes. Ahora las cosas habían cambiado, y si bien podía quedarse afuera merodeando como un león enjaulado —cosa que Bokuto ya hacia por él—, se recordó a si mismo que era el consorte del rey regente, y que como tal también tenía otras obligaciones.
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Faded
FanfictionEl día que Hinata y Kageyama, futuros reyes de Karasuno, finalmente se reunieron frente a frente, el destino decidió poner sus ojos en ellos. Las profecías han sido hechas, los corazones han sido rotos, "pero mientras yo este a tu lado: seras invenc...