SEMANA I

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Era tarde y tenía clases a las 6:30 de la mañana, tan solo faltaban diez minutos para llegar y no había salido de mi casa, tenía una presentación, y era la primera en pasar de toda la clase. Nunca me ha sido fácil salir de la cama por las mañanas, ni por las tardes, ¡Ni a cualquier hora que decida dormirme!

Siempre decía 10 minutos más, luego 20, 30 minutos y así hasta que pasaba casi una hora y me daba cuenta que ya era tarde. Mis papás siempre luchaban conmigo para que me levantara cuando tenía escuela, pero ahora han decidido no darse mala vida y esperar a que yo decida levantarme y ver cómo me las arreglo para llegar a tiempo.

Debo admitir que aunque quiera escribir esta historia describiendo cada una de las cosas que me pasan en el día, no lo podría hacer, soy muy olvidadiza, así que me tocaría sacar un espacio de cada día para relatar todo con gran detalle y un pequeño porcentaje de exageración, lastimosamente ese espacio de tiempo no lo tengo, lo cual básicamente me quedaría que básicamente escribiré lo que me pasa por semanas y los capítulos serán semanas y las semanas meses y los mese años y los años décadas y con las décadas, siglos, hasta que la muerte nos separe, Amén.

Ah claro, y no solo un resumen de lo que me pasa en la semana, si no, también una extensa confesión de lo que pasa por mi mente.

Esta semana había sido linda, de alguna manera, claro como todo tiene sus pros y su contra. Ya era viernes por la mañana, creo en definitiva que este es el momento de la semana para terminar y empezar un capitulo, esta semana había sido de parciales, realmente de todas las cinco materias que daba, hacían exámenes finales en solo dos, el resto mandaba hacer trabajos que colocaban a comienzos de corte y se entregaban la última clase, no era mucha presión, pero debo admitir que el de física el lunes fue como para cavar tu propia tumba, meterte allí y no salir jamás.

Después de haber salido de oratoria, me puse a repasar junto a mi grupo de estudio, mientras llegaba la hora de la clase. mi profesor de física era de lo peor, bueno de manera exagerada, la verdad es que el no nació para ser profesor, más sí para ser físico, porque en definitiva no le entendía nada y de paso no sabía darse a comprender según el resto de mis compañeros, así que en definitiva el problema no era mío, ¡ERA DE ÉL! Durante el examen el niño que me encanta estaba diagonal mío, así que debía clavar mi cabeza en el examen sin mirar arriba y ganarme COMPLETAMENTE GRATIS una desviación de mis sentidos, hacia el infinito y más allá, con una duración de cinco a diez minutos.

De igual manera ese día fui a coro, y pase un rato muy agradable; el ir a coro es como darle un STOP a mi semana para salir de la rutina, este fue mi primer lunes asistiendo, siempre iba solo los viernes, pero esta vez me anime y me quede a la clase, aunque asistieron menos de los que van los viernes, fue genial, como siempre.

Por otro lado, había llegado martes con su parcial de MATEMÁTICAS, digamos que yo lo sentí relativamente fácil, como trampa para tontos, y adivinen ¿qué? Puedo llegar a ser más tonta de lo que demuestro, así que no sé cómo me trate la vida en ese parcial. Además, creo que le gusto a ese profesor, no lo sé, no me trae buena espina, pero igual lo trato como a cualquier profesor, con toda la seriedad del mundo, no quiero que se vaya a pasar de la raya porque no me hago responsable de mis actos en esos casos, igual salí del examen antes de que la mañana acabara y llegue a mi casa a dormir, mucho. La noche anterior no es que haya descansado suficiente, tan solo un par de horas. Lo irónico es que tenía que hacer un trabajo como de 20 páginas y no había empezado, apenas cayó la noche empecé a producir. En definitiva, debo decir que la noche es como mi momento máximo de inspiración en el día, era donde todos los astros se ponían a mi favor para hacer de lo que sea que tuviera haciendo, una obra maestra.

Pero como todo lo bueno no puede durar mucho, me mandaron como nunca a dormir temprano, haciéndome apagar la computadora y dejando a la de Dios el día siguiente para terminar el trabajo.

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