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En el momento que suena el teléfono, miradas hacia mi emergen de la oscuridad.

El cielo llora

Como yo lloro de miedo.

Mis piernas tiemblan.

Asome la mirada por la puerta.

No había nadie, eso quería pensar.

Me agarre firmemente de la mesa.

La extraña figura desaparece con la oscuridad.

Al parecer si había alguien.

Pequeñas PoesíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora