» Capítulo FINAL

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Camine por el rocoso azulejó del internado al cual mi madre me había metido. Quedaba más que claro que la señora D era una de las tantas personas que entraba a mi lista negra. La que más odiaba sin duda alguna.
No había sido mi culpa que su marido la haya dejado, aunque en el fondo maldecía al señor D por haber dejado a su esposa, se había vuelto una señora amargada, chismosa y entrometida.
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El viento que pegaba en mi rostro me hizo recordar su voz.
Su voz tan ronca que me encantaba, la sentía zumbar en mis odios y me atraía demasiado. Toqué mis labios con delicadeza tratando de encontrar rastro de uno de los tantos besos que nos dimos. Cerré mis ojos y recordé de ellos.
Sus labios, como olvidarlos, me transportaban a un dulce infierno. Podía perderme en ellos. Joder, cuanto lo extrañaba.
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Más tarde recordé lo doloroso que era perder algo que nunca tuviste, algo que hasta a ti misma te dolía pero que te hacía sentir viva.

Miré el reloj que se encontraba en mi pequeña habitación. Las manecillas marcaban las 4:30 de la madrugada. Y mi corazón marcaba un doloroso infierno.
Él ni siquiera se había tomado la molestia de visitarme o presentarse aquí. Quizá el se había olvidado de mi.

¿Era posible olvidarse de una persona en solamente 24 horas?

Me levante con cuidado de mi cama con la intención de no despertar a mi compañera de habitación. Pero al parecer la chica tenía el sueño pesado.
Me puse de rodillas sobre el suelo y mire debajo de mi cama. Contuve las ganas de no llorar cuando nadie se encontraba debajo. Él no estaba aquí.

— ¿Lo estás esperando? —alguien preguntó a mis espaldas llamando toda mi atención.

Me giré y le mire con confusión.

— ¿A qué te refieres?

—A él, tú estás esperando a que el venga, ¿cierto? No te sorprendas, yo sé porque estas aquí. Y dime, ¿cómo se llamaba el?

Ella se sentó sobre su cama y comenzó a charlar conmigo como si nos conociéramos de toda la vida. Y por alguna extraña razón ella me transmitía confianza.

—Jeon Jungkook. Pero, ¿tú sabes que él es un...?

—Un demonio, si.

Parpadee dos veces antes de siquiera decir algo. Ella sabía todo antes de siquiera contarle todo. Pero lo más raro del coso era que no le parecía extraño. Quise saber porque, pero también quería que ella me escuchara.

— ¿Tú cómo lo sabes? —fue lo único que pude preguntar.
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—Ahora no importa cómo fue que supe tu historia, lo único que importa aquí es una solo cosa y te la preguntaré, ¿de verdad quieres volver a verlo? Esta es tu única oportunidad para decidir si volver a verlo o no, o te quedas aquí y nunca más lo vuelves a ver y entonces está la otra. No te des por vencida y búscalo. Piensa en ti primero. Si te quedaste a su lado corres el riesgo de ser destruida...
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—Eso nunca me importo. Yo supe a lo que me enfrentaría, yo supe perfectamente a que me atenía. ¿Y qué crees? A pesar de eso sigo pensando en que mi paraíso es cualquier lugar si es junto a él, aunque el paraíso se disfrace de infierno.
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— ¿Y qué estás esperando entonces? Búscalo.
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Al escucharla, no pude evitar soltar pequeña risita. ¿Cómo diablos voy a buscarlo si estoy encerrado en este maldito instituto de mierda?
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—Ven conmigo, —me ofreció su mano con intención de ayudarme, la mire unos cuantos segundos insegura de mis actos—. Confía en mí.
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Así lo hice, tomé su mano y espere a que ella me dijera que hacer.

[...]
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— ¿Qué diablos estamos haciendo? —le pregunte a Valentina, así se hacía llamar la chica.

—Hasta aquí llego, ve hacia allá, —con su mano derecha me señaló un gran árbol que no se podía ver claramente por causa de la oscuridad—. Nos vemos en el infierno, _____.

Me guiñó un ojo antes de irse corriendo devuelta al instituto.

Tomé una respiración profunda. Me percato de un movimiento justo dónde Valentina me había indicado que fuera. Me congeló de inmediato, pero no estoy segura de haber visto algo.
La oscuridad estaba hasta la mierda que no me dejaba ver claramente.

Camine hasta dónde él con el corazón latiendo a tanta fuerza que me daba miedo que se formara un agujero.

Traté de tranquilizarme y seguí caminado hasta que llegue a uno de los tantos arbustos que había ahí. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y sentí la enorme necesidad de reprimir un grito. Me acerco al arbusto tratando de averiguar que se encontraba detrás.

Uno...
Dos...
Tres...esperé lo peor. Pero nada se encontraba detrás.
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Me doy la vuelta y de pronto todo pasa tan rápido que tuve que cerrar mis ojos por unos segundos. Los abro y entonces, lo veo...
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Jungkook se encontraba frente a mí.
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Una media sonrisa torcida se deslizaba en sus labios y un hoyuelo se dibujaba en una de sus mejillas.

—Estás aquí...viniste...

— ¿Creíste que no volvería por ti?

Me quedé callada. Y mi silencio me había delatado.

—Pues te equivocaste, cariño. Dime, ¿te irías conmigo a donde fuera?

Asentí.

—Tú puedes llevarme contigo al infierno, si eso significa estar a tu lado.

[...]

Sentí el viento sobre mi rostro y mi cabello volando al compás de la velocidad que Jungkook le ponía a la motocicleta que nos habíamos robado.

—Se están acercando. —le dije.
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Era cierto cuando decía que me iría a donde fuera con él solo para estar a su lado. Unos tipos nos perseguían, al parecer nos habíamos robado la motocicleta de uno de los tipos de una pandilla.
Levante mis manos sintiendo la adrenalina recorrer mis venas.

Se sentía tan bien que daba miedo.

Entonces todo sucedió a una velocidad tan rápida. Los motociclistas empujaron a Jungkook a la orilla de lo que parecía ser un barranco. La motocicleta se descontroló cayendo hacia adentro. Entonces, todo se volvió tan lento. Que respirar se me dificultaba. Jungkook tomó mi mano y conecto su mirada con la mía. Sentí la muerte acercándose. Y lo último que escuché fue un «Te amo, yo nunca te olvidare» de sus labios.

Desperté de repente con lágrimas en mis ojos. Mi corazón dolía y en mi estómago se había formado un agujero.
Sentía la necesidad de buscar algo. Mire mis manos, toque mis piernas, recorrí toda mi habitación y nada se encontraba en ella. ¿Qué era esta maldita necesidad? Sentía en mi corazón una presión que dolía, sentía que me faltaba algo.

Seque mis lágrimas y olvide todo esto, me hacía daño, y lo peor de todo era que no encontraba el motivo.

Mientras que caminaba hacía el instituto una figura llamo mi atención con desesperación. Le miré. El el era alto, llevaba una chaqueta negra y sus jeans estaban rotos. Su flequillo lo hacia ver ligeramente despeinado lo hacía ver tan atractivo. Él era absolutamente lo más aterrador que había visto en mi vida. Tan hermoso que me daba miedo. De repente, sentí su mirada conectada a la mía. También me estaba mirando. Tragué duro y reprimí unas ganas absurdas de llorar cuando en sus ojos vi mi muerte. Una media sonrisa torcida se deslizaba en sus labios y un hoyuelo se dibujaba en una de sus mejillas. ¿Quién demonios era el y porque me sentía de está manera?

Apreté mis ojos tratando de controlarme, ¿Y si le preguntaba? No era mala idea. Justo cuando decidí hacerlo, abrí mis ojos pero él ya no se encontraba ahí. Él chico se había ido.

Agache mi cabeza y deje caer una lágrima.

Entonces susurro; «te estaré esperando en el infierno, cariño»
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Esa voz yo la conocía, ¿pero de dónde? Mire al frente, y él mismo chico está ahí. Parado, frente a mí y con la misma sonrisa arrogante y socarrona de antes. Sacó una de sus manos de su bolsillo de derecho y con ella me dijo; adiós.

El comenzó a desaparecer entre la multitud de gente. No pude evitar sonreír, si, yo sabía que había sido real. Yo lo conocía. Solo faltaba esperar, esperar un poco para verlo. Aunque eso me costará el cielo. Así era el amor.

Tienes el cielo asegurado pero, si te encuentras un demonio eres capaz de regalar ese pase vip al cielo, solo para estar con aquel demonio que tanto amas.

Fin.

Devil || jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora