Noventa y nueve

Mónica Dorm

Ya con seis meses transcurridos el embarazo transcurría sin problemas, sentían que su más grande deseo estaba ocurriendo, ellos no estaban preocupados en lo absoluto. Eran vigilados pero la ingenua pareja creía que se trataba de algo rutinario ya que era un proceso nuevo.

Ay Helman, ruega porque no tenga resultado alguno. Esas fueron las palabras de la gente del laboratorio que patrocinaban la mayor parte de su equipo y con quienes tenía la obligación de reportar todo y aunque no lo hiciera se darían cuenta por las cámaras instaladas en el consultorio.

 Joey y Eleonor eran algunos de sus amigos más cercanos y las ganas de decirles a lo que se enfrentaban eran grandes, pero no podía abrir su boca. Ésta gente era peligrosa, 'todo en nombre de la ciencia' era la frase que más utilizaban, habían sido claros con él, necesitaban sujetos de prueba y la desesperación de la pareja los hizo candidatos perfectos. En tan solo dos semanas los contactaron y convencieron de trasladarse a la ciudad donde empezarían el proceso.

Mientras la pareja disfrutaba de su embarazo los encargados de monitorear y registrar todo lo referente a sus sujetos de prueba no podían estar más felices. Con Eleonor ya serían 2000 mujeres sometidas al proceso con más del 50% de probabilidad de éxito, todas en diferentes ciudades al rededor del mundo y con diferentes variaciones del experimento, aunque siendo realistas ellos sabían que ni la mitad de esos bebés o mujeres sobrevivirían. 

La desesperación de que funcionara era muy fuerte tanto así que ellos mismos le lavaron el cerebro a una de las científicas Mónica Dorm a realizarse el procedimiento, la mujer sabía que era una idea arriesgada pero la presión fue demasiada; y aquí estaba ya dando a luz a lo que parecían ser trillizos. 

Los gritos de la mujer eran escuchados incluso en la sala de investigación dónde el encargado de ésta investigación Astian Mayer se encontraba, revisando como se encontraban las demás y si ya habían tenido pérdidas.

"Señor. Mónica quiere hablar con usted." Pronunció una de las mujeres encargadas de traer a los niños al mundo.

"Hablaré con ella después, ahora te pido que..." Empezó sin siquiera voltearse. La mujer golpeó la pared provocando que el hombre voltease, lo miró directamente a los ojos y dijo.

"No habrá después. Ahora, acompáñeme, es lo mínimo que puede hacer después de haberla presionado para aceptar" está de más decir que la mujer estaba totalmente en contra deAstian estaba sorprendido, claro que le concedería a Mónica el deseo de hablar con él

Ya emprendiendo camino hacia la sala del parto miles de preguntas y preocupaciones llenaron su cabeza ¿cómo pasó? tal vez darle la variación más fuerte a su amiga fue demasiado pero, 'todo en nombre de la ciencia'¿no? pero ahora que morirá ¿quién cuidaría a esas cosas? porque el plan inicial era que Mónica los criara y que desde pequeños les inculcara el venir para hacer sus pruebas. Ay no, ¿Qué sucedería con el marido de la mujer cuando se diera cuenta de que su esposa no volvería? ¿les quitaría a sus preciados experimentos? No, no lo permitiría le costó 25 años de su vida el que siquiera fuera posible el que pudiese durar meses dentro de una mujer. 

Su vida eran esos experimentos, todo lo dio por estos experimentos y no descansaría hasta que diera el resultado deseado

"Astian... viniste" Dijo la mujer en la cama, estaba pálida, moribunda, las sábanas una vez blancas estaban manchadas de sangre, la escena no era apta para seres sensibles o de estómago débil. 

La mujer que estaba con él había desaparecido, de repente se sintió culpable aunque solo duró unos segundos, no podía sentir culpa a estas alturas, los trillizos ya habían nacido, no había marcha atrás, aunque eso le costara la vida a su amiga.