~Apogeo~2doc

1

Era sabado, 2d recien despertaba, e insípido, froto sus ojos para lograr componerse.
Su reloj , revelaba que eran ya las 3 de la tarde.
Era seguro salir de su cuarto, ya que por lo general Murdoc despertaba a la 4:30pm.
Aún desgastado, stuart se paró de su lecho, y en un espejo que almacenaba en el desorden de su cuarto, echó un vistazo a su rostro, las penetrantes cuencas negras del chico, sumado al tierno rostro que había heredado, hacían a su persona infinitamente deseable. sin entusiasmo, acomodó su caótico pelaje azul, y quitó la mugre que despues de dormir, había quedado en su rostro.
Tomó las prendas que se encontraban en el suelo, y ya vestido, salió de la posilga en la que Murdoc lo había dejado.

"tengo tanta hambre...,ugh"

un rugido emergió de el estomago de 2d,su cuerpo le avisaba que ya era hora de comer.
el amplio resinto en el que ambos hombres se hospedaban, era algo extenuado de recorrer, por lo que, para stuart llegar a la cocina, implicaba gastar su poca energía mañanera.
Abrió la nevera, y sacó algunas sobras de comida.

mientras llevaba el plato a la mesa escucho la voz de su mayor pesadilla.

-¡FACEACHE!-aparentemente era el llamado de atención por parte de Murdoc.

2d asustado dejó caer el platillo y este retumbó en el suelo, rompiéndose en pedazos.

-¿Q-qué pasa Murdoc? , no ves que casi me da un ataque- dijo el menor tapando sus orejas, en un intento de protección.

el hombre ya estaba atrás suyo y con sus frias manos agarró el hombro derecho del menor, y agregó.

-me has hecho la comida-miró al plato que recientemente se había roto y dijo
-oh, angel, que pasó con eso, acaso-respiró y.

-SABES LO CARO QUE COSTARON ESAS MIERDAS DE PLAT-la mano de stuart interrumpió el griterío de murdoc.

-N-no era mi intención, lo arreglare pero, para de gritar... - en sus ojos se notaba el miedo.

2d,luego de el brusco giro que hizo para que no le provocaran ninguna lesión, quedó cara a cara con el pelinegro.
Murdoc tomó bruscamente de la muñeca al menor, y la bajo para quitarla de su rostro.

-tesoro..., tienes ganas de tocarme eh-dijo sarcástico.

-ehhr, lo siento Mudz yo s-sólo quería-
tragó un poco de saliva y agregó - que  no me pegaras, j-JODER-

El mayor con una sonrisa picara en el rostro, alzó su mano a la cara del peliazul, y comenzó a acariciarla.
Stuart anonadado, se mantuvo quieto y dejó que el hombre siguiera en lo suyo.

-Mierda, ojalá todas las perras con las que he estado fueran igual de preciosas-

cabros no sean como yo, espero escribir más.