capitulo 26

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El sonido del teléfono lo hizo saltar en la cama arrancándolo de su placentero sueño, aun con los ojos pegados contesto sin mirar la pantalla.

-si?

-Yugyeom, ocurrió algo.

El tono en la voz de su hermana mayor hizo que rápidamente se incorporara en la cama, de pronto se encontraba totalmente despierto y en estado de alerta.

-qué ocurre?

-se...se trata de tu padre Gyeomie...él....tuvo un accidente.

-como que un accidente? Que ocurrió? Donde esta? Está bien?

-falleció, Gyeom- su hermana dejo escapar un pequeño sollozo- murió antes de que la ambulancia llegara.









El caos reinaba en torno al edificio, era primera hora cuando Bambam bajo del taxi frente a las instalaciones de la empresa, la marea de periodistas invadían el lugar, arremolinándose en torno a las puertas, el joven tailandés no entendía que era lo que ocurría, se suponía que el escándalo había acabado hacía ya una semana, cual era la razón por la cual tantos periodistas, reporteros y fotógrafos se arremolinaban frente a su trabajo. Como pudo se abrió paso entre ellos para llegar a las enormes puertas de vidrio, uno de los guardias de seguridad lo detuvo indicándole que no podía pasar.

-soy el asistente del señor Kim Yugyeom- soltó enseñando su identificación.

Inmediatamente el hombre se disculpó y se hizo a un lado permitiéndole el paso. Adentro el panorama no era muy diferente, personas corriendo de un lado a otro, teléfonos sonando por doquier, periódicos esparcidos sobre los escritorios. Sin embargo en el piso 12 reinaba la paz, las secretarias estaban en total silencio, los teléfonos estaban desconectados, nadie hablaba, ni levantaba la mirada de sus carpetas o monitores. Bambam llego a su escritorio, estaba tal cual lo había dejado el día anterior exceptuando una cosa, un periódico junto a su computadora, donde en primera plana salía una foto de un coche estrellado bajo un titular que rezaba.

"KIM HEECHUL, UNO DE LOS HOMBRES MAS RICOS DE ASIA, MUERE EN ACCIDENTE EN LA CARRETERA"

Su corazón se detuvo por un segundo, así que a eso se debía el caos que reinaba por todo el lugar, sin embargo su mente se apartó a un pensamiento totalmente diferente. Yugyeom.

Estuvo a punto de marcharse a casa del menor pero algo le decía que no lo hiciera, que debía quedarse, por pura intuición abrió la puerta de la oficina para mirar dentro, algo le decía que era una idea estúpida, Yugyeom con suerte iba a trabajar cuando tenía que hacerlo, no tenía razones para ir cuando su padre había muerto. Sin embargo entro al recinto. Las luces estaban apagada, las cortinas cerradas, la oscuridad reinaba en todo el lugar, la única fuente de luz provenía del pasillo y se colaba por la puerta que el joven tailandés había dejado abierta. La mirada del muchacho recorrió todo el lugar hasta detenerse en el escritorio, donde los rayos de luz que provenían del pasillo iluminaban una figura sentada en la silla giratoria. El chico tenía los codos apoyados sobre la superficie de madera, sus manos cubriendo su rostro mientras permanecía con la cabeza agacha. Sin decir nada camino la poca distancia que los separaba, llevo sus manos a las de Yugyeom apartándolas de su rostro, sus ojos estaban enrojecidos, sus mejillas empapadas por las lágrimas, sus labios parecían formar un pequeño puchero, el corazón de Bambam comenzó a doler de pronto, pero a pesar de todo le regalo una pequeña sonrisa para luego envolverlo en sus brazos aun de pie frente a él. El menor rodeo la cintura del tailandés, desde la altura en la que se encontraba sentado en su silla pudo ocultar su rostro en el pecho ajeno, mientras el bajito acariciaba lentamente su cabello.

Love gives work [yugbam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora