El día de hoy, Josh vio a todos sus conocidos por última vez, pero el no lo sabía, ni ellos tampoco.
Debby, estaba en la habitación de Josh, viendo televisión acostada a su lado y acurrucada en su pecho, Tyler y Jenna fueron a la cafetería, Tyler no había comido muy bien los últimos días.
Mientras tanto, Josh se quedo dormido un rato, al despertar, Debby estaba mandando mensajes a Jenna, pidiéndole un café.
-Debby...- hablo Josh con un hilo de voz
-Si cariño?- contesto la chica sin despegar la mirada de la pantalla
-Puedes decirles a Jenna y a Tyler que vengan?- la chica asintió y en pocos momentos, llegaron al cuarto
-Chicos...- empezó Josh y unas pequeñas lágrimas salían de sus ojos -los amo como nunca ame a alguien y han sido lo más preciado que tengo...
Todos lloraban por las palabras que decía el teñido, eran pocas, pero lo doloroso, era que sabían a lo que quería llegar, Debby acariciaba su mano con nostalgia.
-Siempre serán la razón de mi vida- cerró sus ojos y levantó muy débil sus dos manos y en su último suspiro dijo lo más conmovedor que sus amigos jamás habían escuchado -Hasta siempre...La máquina que medía sus latidos, ensordecio a todos con aquel horrible pitido, Debby tomó las manos de su ya fallecido novio y comenzó a llorar en su regazo, dio un ultimo y suave beso en sus palidos labios, Jenna recargo su cabeza en el pecho de su esposo, dejando su camisa húmeda, las lágrimas de Joseph caían sobre el rubio cabello de Jenna.
Esas dos palabras habían causado tanto dolor en su corazón y habían sido tan hermosas al mismo tiempo que no tuvieron una mejor idea que ponerla en la lapida del joven...
Hasta Siempre, queridos amigos...