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La alarma suena durante quince minutos hasta que sus ojos se abren. Se zafa de las colchas y se frota los parpados para así desperezarse, haciéndolo muy abrumadora y perezosamente porque siente que ha dormido por tantísimo tiempo y tiene el sabor de la pesadez por debajo de la lengua. Entonces se levanta a apagar el fatídico sonido y un viento helado se filtra a su recámara desde la ventana. Y mientras camina de vuelta a la cama con los ojos cerrados, le parece extraño pues en todo el verano ese tipo de brisas nulamente se han percibido, hasta que recuerda que hoy es primero de octubre y de hecho el otoño se ha atrasado por casi una semana.

¿Huh?

Abre un ojo, mirando confundido la cortina que se ondea brevemente y después se queda quieta. Luego posa la mirada en el reloj de mesa y justo al lado donde hay un calendario. Chanyeol agita la cabeza haciendo graciosos sonidos para quitarse el sueño y decide apresurarse a arrancar la página del calendario y dejar la del día en cuestión, o de lo contrario, cuando se despierte en su totalidad creerá que es el día anterior y por lo tanto sus acciones serán programadas con la idea de que es ayer y no para el día que acontece.

Así de bobo es.

Toma el calendario y no hay ninguna rareza en el aire que le indique que algo anda mal, pero definitivamente algo va muy mal y es el hecho de que, tras arrancar la página del 30 de septiembre y leer la fecha en la hoja del primero de octubre, se da cuenta de que algo está terrible, terrible, terriblemente mal, tanto que se ríe un momento ingenuamente, sin reconocer su nerviosismo, y vuelve a leer le fecha inscrita.

1° de octubre, 2015.

Tal vez leyó mal debido al sueño. Parpadea veinte veces antes de reintentar.

Nuevamente.

Dos-mil-quince.

Suelta el calendario haciendo que caiga al suelo y entonces deja salir inconscientemente lo primero en encontrarse dentro de su cabeza:

—¿Baekhyun?  

Lo musita tan bajito, temeroso y nervioso de haber visto mal la fecha y entonces muy rápidamente empieza a hacer cuentas y a intentar recordar con precisión cuándo conoció a Baekhyun.

Está completamente seguro que fue pocas semanas antes de que el otoño se abriera paso a la ciudad, y está todavía más seguro (locamente seguro, de verdad) de que eso sucedió el 2015.

¿Qué mierda?

Se dice Chanyeol. ¿Que acaso no ha pasado un año?

Pero además está lo menos perceptible pero igualmente raro de la situación: que la sensación de pérdida por Baekhyun no se encuentra y que, aparte, la noción de haber dormido por mucho tiempo cae a él como balde de agua fría.

—Oh, Dios. ¿Qué está pasando?

Pero luego recuerda…

El deseo.

Él terminó las mil grullas, recuerda haberlo hecho el día anterior y haberse quedado dormido sobre su escritorio mientras doblaba la última. Él recuerda sentirse tan cansando toda la semana porque, incluso si resulta estúpido e ingenuo, se dormía muy tarde solo por doblar y doblar y doblar, intentando avanzar en el número tan rápido como pudiera. Se había sumido en la ilusión más que en la esperanza. Hubo noches en que se encontró a sí mismo disgustado por seguir con ese plan engañoso, pero era solo el sueño y el mal humor el que hablaba. Nunca dejó de rezar por Baekhyun en realidad.

Pero no halla otra razón para el desasosiego que siente en este instante.

¿Y si... su deseo oscuro tuvo más peso por la soledad?

Las mil rosas y grullas de papel ✽。 chanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora